El Muelle del Espigón ha sido, este mediodía, el escenario de una de las imágenes más emblemáticas del 50 aniversario de la Fiesta del Calamar: una multitudinaria degustación popular de unas 500 personas y que ha convertido el puerto en un espacio de celebración, memoria y orgullo marinero.
En un ambiente claramente festivo, con vecinos, familias y visitantes haciendo cola para probar el plato protagonista, el alcalde Pere Granados ha destacado “la importancia de un acto social y popular que nos conecta con nuestras raíces y que nos permite recuperar la receta que utilizaban los marineros de Salou": la romescada.
La preparación de esta degustación ha corrido a cargo de Óscar Sánchez, que ha querido explicar el origen de este plato tan emblemático. Asegura que la aprendió de un pescador tradicional de Salou, el recordado Joan Borràs, quien le relataba cómo esta cocina de supervivencia e identidad se hacía directamente a bordo cuando los marineros pasaban meses en el mar.
“Me lo enseñó Joan Borràs. Esta receta la hacían cuando salían con el barco y pasaban meses en el mar”, explica Sánchez. El proceso era sencillo, pero cargado de sabor y autenticidad: primero un sofrito de pimiento, cebolla y ajo; después se añadía el calamar recién pescado; a continuación el romesco —que los marineros siempre llevaban— y finalmente se elaboraba un 'humet' con los restos del pescado, que servía de base para el caldo.
“Cuando el calamar estaba bien sofrito, añadían la patata, la borraja y finalmente el caldo hecho con esa misma borraja… Y ya decían: ‘Haremos un romesco, haremos una romescada’. Era eso: patata con calamar y romesco. Una receta humilde, marinera y llena de la esencia de nuestro Salou”, resume.
La degustación se ha consolidado como uno de los actos más concurridos y celebrados de la Festa del Calamar, reforzando el carácter identitario de esta tradición salouense y poniendo de relieve la fuerza de un municipio que continúa reivindicando su pasado marinero con orgullo, autenticidad y memoria compartida.