La plaza de las Comunidades Autónomas de Salou se ha convertido, esta noche, en un auténtico escenario de emociones, luces y música. A pesar del calor intenso, la plaza se ha llenado de residentes, turistas y visitantes, de todas las edades, que no han querido perderse una de las citas más esperadas de las Noches Doradas, viviendo una velada que ha hecho vibrar corazones, despertar recuerdos y celebrar la música como lenguaje universal.
OBK ha desplegado todo su magnetismo desde el primer acorde, regalando al público un intenso viaje a través de sus canciones más emblemáticas, aquellas que han acompañado historias de amor, sueños y momentos inolvidables. Los primeros compases de 'Historias de amor' han encendido una ola de aplausos y gritos, mientras las voces de los asistentes se unían en un coro colectivo que hacía temblar la plaza. Cada tema era una puerta abierta al pasado, a aquellos años en que OBK sonaba sin parar en las radios y en casetes que giraban una y otra vez en todos los hogares.
Y cuando ha llegado el turno del “Ochentazo”, la fiesta ha estallado aún más. De la mano de Flash Back, la plaza se ha transformado en una máquina del tiempo que ha transportado al público a los gloriosos años 80. Las primeras notas de himnos de aquella década han provocado gritos de euforia, pasos de baile improvisados y abrazos entre amigos que revivían juntos los mejores momentos de su juventud. Temas llenos de sintetizadores, guitarras eléctricas y letras que aún hoy emocionan han sonado con una fuerza renovada, haciendo bailar a todo el mundo, desde los más jóvenes hasta los que ya llevan décadas amando esta música.
Más que un concierto, fue una auténtica celebración de la vida, de la memoria y de la magia de compartir música en comunidad. Esta noche, Salou no sólo cantó y bailó; demostró, una vez más, que las Noches Doradas son el alma festiva del municipio, capaces de hacer latir a la vez miles de corazones en la plaza de las Comunidades.