El local “Los Bocatas de Nico” se ha convertido en uno de los nuevos puntos gastronómicos más comentados de Tarragona. Su fundador, conocido simplemente como Nico, es un excamionero que ha dejado atrás la carretera para abrir un bar de bocadillos y tapas con una oferta sencilla pero de calidad.
Ubicado en la calle Ramón y Cajal, número 57, el local ha captado la atención tanto de los vecinos como de miles de usuarios en las redes sociales, gracias a su contenido sobre emprendimiento, gastronomía y superación personal.
De la carretera al negocio propio
Nico trabajó durante años como camionero y soldador antes de decidir dar un cambio de vida. “Llegué a un punto en que necesitaba hacer algo que fuera mío”, explica. Durante la pandemia, empezó a hacer directos en TikTok mientras cenaba en la cabina del camión, lo que le permitió conectar con miles de personas y acumular una amplia comunidad de seguidores.
Un comentario en uno de estos vídeos lo llevó a leer el libro Padre rico, padre pobre, que —según dice— le hizo ver la posibilidad de emprender. Así pues, decidió invertir sus ahorros en la que sería una nueva etapa profesional, y abrir un local dedicado a los bocadillos. Después de meses de trámites, inauguró “Los Bocatas de Nico”.
Una oferta centrada en el producto y la proximidad
La carta del local apuesta por bocadillos tradicionales con ingredientes de calidad y producto local, como el serranito ibérico o el bocata L’Enxaneta, con butifarra, escalivada y salsa romesco.
También ofrece churros con chocolate, o una larga variedad de tapas, como sus croquetas caseras o los populares torreznos.
De TikTok a la cocina
Con más de 130.000 seguidores en TikTok, Nico utiliza las redes para mostrar su día a día como autónomo y compartir la experiencia de gestionar un negocio pequeño, además de compartir el proceso de creación de sus bocadillos. Su contenido, entre gastronómico y motivacional, ha contribuido a dar visibilidad al local y a atraer nuevos clientes.
Desde su apertura, “Los Bocatas de Nico” ha ido ganando popularidad entre los tarraconenses, que valoran tanto la calidad del producto como la atención cercana del propietario.
