Coincidiendo con el 50 aniversario de la muerte de Pompeu Fabra, en 1998 se celebró en la URV un coloquio internacional para analizar la obra del gramático que sentó las bases para la estandarización de la lengua catalana. Con los años la reedición de este encuentro ha enriquecido el enfoque inicial y sirve de foro para “evaluar y valorar los cambios en la normativa de la lengua y en el estándar en general”, explica Jordi Ginebra, profesor del Departamento de Filología Catalana que preside la comisión organizadora.
Desde el lunes y hasta mañana, un centenar de lingüistas participan en la sexta edición del Coloquio Internacional “La lingüística de Pompeu Fabra”, en el que están poniendo en común los estudios que han realizado sobre la vigencia en la planificación lingüística actual del trabajo de codificación de la lengua catalana que realizó Pompeu Fabra, así como también enmarcan el proceso de planificación del catalán con el de otras lenguas para consolidar estándares y normativas.
Además, también hacen balance de la implantación de la nueva Gramática de la lengua catalana y la nueva Ortografía catalana del Institut d’Estudis Catalans, una vez transcurridos siete años de su implantación. “Nos preguntamos hasta qué punto estos cambios en la normativa del IEC se han asimilado o no”, explica Ginebra. Y destaca dos orientaciones: por un lado, hay que ver los aspectos prácticos de la nueva gramática, hasta qué punto responde al planteamiento de Fabra, y cuál es el balance global de la aplicación de la normativa. Por otro, inciden en aspectos más prácticos y técnicos “pero a la vez vigentes y conflictivos, como la incorporación de la preposición al complemento directo -explica Ginebra-, que fue objeto de una cierta reforma pero aún quedan flecos que no son del todo claros”.
Este análisis forma parte de un contexto más amplio, de planificación lingüística, que el congreso también se encarga de poner en relación con procesos de otras lenguas. Así, se analiza el caso de la estandarización del francés, que se ha impuesto a las variedades de la lengua, y del que Henri Boyer, de la Universidad de Montpellier es conocedor, y el caso del catalán noroccidental, en el que el catedrático de sociolingüística de la URV, Miquel Àngel Pradilla, trata el equilibrio entre la aceptación de las variaciones en el estándar sin que este hecho conduzca a la atomización de la lengua.