“Hemos superado la mitad de 2025 y Tarragona continúa con una tendencia negativa en materia de recogida selectiva por la inacción del gobierno de Viñuales”, ha expresado el consejero republicano Jordi Fortuny. El Grupo Municipal de ERC ha denunciado no sólo que la ciudad no mejore en reciclaje, sino que empeore, ya que el porcentaje de selectiva en los primeros seis meses del año se sitúa en 36,66%, por debajo incluso de la cifra total de 2024.
Fortuny lamenta “que se perpetúe este desastre y que la consejera Orts no busque soluciones de una vez”. En este sentido, recuerda la importancia de empezar a implementar el sistema de contenedores inteligentes que tan buenos resultados dio durante la prueba piloto hecha durante el mandato anterior en el Serrallo, Bonavista y Cala Romana. “Vamos tardísimo y no puede ser que sigamos mirando hacia otro lado. La gestión del gobierno de Viñuales es muy negligente”, explica el consejero de ERC.
Los republicanos recuerdan que los objetivos europeos para este mismo año marcaban alcanzar el 55% del reciclaje. “Tarragona incumplirá este objetivo y también perderá la subvención de medio millón de euros conseguida para fomentar la recogida selectiva. La consejera Orts dijo ya hace cinco meses que instalaría de nuevo los contenedores cerrados, pero desde entonces no hemos tenido más noticias y esto no se hace de la noche al día”, recuerda Fortuny, quien pone énfasis en que el Next Generation se debe haber justificado a principios de 2026, lo cual ahora mismo parece una “utopía”.
El consejero republicano ha detallado que en los primeros seis meses del año se han enviado a la incineradora unas 500 toneladas más de residuo gris que en el mismo período de 2024. “Esta situación supone un agravio económico y medioambiental para la ciudadanía de Tarragona”, ha puesto de relieve. "Es evidente que tenemos un gran problema con la limpieza”, ha añadido Fortuny, quien ha destacado las 2.000 firmas recogidas por la Plataforma por una Tarragona Limpia y enviadas al Síndic de Greuges por la suciedad en las calles de Tarragona y la falta de implicación del gobierno de Viñuales.