Elsa, la tarraconense de 6 años que ha recuperado la vista gracias a una operación pionera

Elsa nació sin sensibilidad en la córnea y había perdido el 90% de visión tras años de sufrir múltiples quemaduras, úlceras y lesiones

30 de diciembre de 2025 a las 19:56h
Actualizado: 30 de diciembre de 2025 a las 19:56h
Elsa, la niña de 6 años que ha recuperado la vista | FOTO: Cuatro

Hasta hace poco, Elsa vivía en un mundo lleno de sombras. El viento, la arena o una simple pestaña podían convertirse en una amenaza constante para sus ojos. Con solo cinco años, había perdido casi toda la visión y los médicos alertaban de que la ceguera era irreversible. Hoy, sin embargo, la niña del Pla de Santa Maria identifica árboles, aviones en el cielo e incluso insectos diminutos que antes no existían para ella.

Tal como explicó la madre de Elsa a Cuatro, el punto de inflexión llegó en enero de 2024 con una intervención pionera realizada en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona. La operación consiguió detener la degradación de la córnea e iniciar una recuperación visual que ha superado todas las expectativas iniciales.

 

Un problema neurológico poco habitual

El origen del caso no era oftalmológico, sino neurológico. Elsa nació con una hipoplasia del nervio trigémino, responsable de la sensibilidad facial y ocular. Esta alteración impedía el parpadeo reflejo y dejaba la córnea expuesta a lesiones repetidas, que con el tiempo iban borrando su capacidad de ver.

Durante los primeros años de vida, la niña acumulaba heridas oculares sin mostrar dolor. Las quemaduras, las úlceras y las cicatrices se iban sumando mientras la familia intentaba protegerle los ojos con gafas especiales y controles médicos constantes. La pérdida de visión avanzaba sin freno.

Elsa, la niña de 6 años que ha recuperado la vista | FOTO: Cuatro

 

Una solución quirúrgica inédita

Ante la imposibilidad de aplicar los tratamientos habituales, el equipo médico apostó por una técnica innovadora: la neurotización de la córnea mediante un injerto nervioso alternativo. La intervención consistió en utilizar un fragmento del nervio sural, extraído de la pierna, para conectarlo al nervio auricular mayor y así recuperar la sensibilidad ocular.

Los efectos no fueron inmediatos, pero sí progresivos. Meses después, Elsa empezó a notar sensaciones básicas en el ojo operado, una señal clave de que la conexión nerviosa funcionaba. Con esta nueva protección natural, la córnea pudo cicatrizar mejor y frenar la pérdida visual.

 

Menos urgencias, más vida cotidiana

El cambio ha sido radical. Las visitas semanales a urgencias por úlceras oculares han quedado prácticamente atrás. Aunque continúa necesitando lentes de contacto esclerales, colirios y protección, Elsa ha ganado autonomía y seguridad en su día a día.

Con la ayuda de las lentillas, ha llegado a alcanzar hasta un 70% de visión funcional. Puede jugar, moverse con más libertad y reconocer elementos de su entorno que antes le eran invisibles. Su reacción al empezar a ver detalles como las hojas de los árboles o la luna se ha convertido en uno de los momentos más emotivos para la familia.

 

Un futuro abierto

El ojo derecho ya ha sido intervenido y los especialistas prevén operar también el izquierdo. Los profesionales no descartan nuevas mejoras con el paso del tiempo, mientras la niña continúa creciendo y adaptándose a una nueva manera de ver el mundo.

El caso de Elsa es hoy un ejemplo de innovación médica y perseverancia familiar, pero sobre todo una historia que demuestra cómo la ciencia puede cambiar vidas cuando todo parecía perdido