Varios vecinos de Tarragona han denunciado públicamente un incidente grave ocurrido en la zona de picnic y recreo del Francolí, junto al aparcamiento con el mismo nombre, después de que un perro de siete años, de nombre Troy, muriera a consecuencia de una mordedura de serpiente. El caso ha generado preocupación entre la ciudadanía por la seguridad de un espacio muy transitado por familias, niños y animales de compañía.
Un paseo que acabó en tragedia
Según han explicado los propietarios, a principios de septiembre Troy, un labrador de 30 kilos, paseaba con ellos por la zona del parque de entrenamiento de perros, muy frecuentado por vecinos de toda la ciudad. En un momento dado, el animal dio un salto y ladró con fuerza, como si algo le hubiera herido. Inicialmente, los dueños pensaron que podría haber sido una espiga clavada en la pata, ya que el perro mostraba molestias.
Sin embargo, el estado de salud del animal empeoró rápidamente. Trasladado al veterinario, el diagnóstico fue claro: una mordedura de un reptil —probablemente una víbora o una serpiente de tamaño considerable— había provocado una infección grave. A pesar de los tratamientos aplicados, la pata del perro se necrosó progresivamente y, finalmente, hace unos quince días, los propietarios se vieron obligados a sacrificarlo.
Voces vecinales: “Podría haber sido un niño”
El episodio ha encendido las alarmas en Tarragona. Las voces que han denunciado el caso alertan de que la zona del Francolí es uno de los espacios de recreo más utilizados de la ciudad: hay mesas de picnic, zonas de juego infantil, circuitos para mascotas y amplios espacios de paseo. “Si una picadura ha sido capaz de causar esto a un perro de 30 kilos, no nos queremos imaginar qué podría pasar con un niño pequeño”, remarcan.
Los vecinos no buscan señalar culpables, pero sí reclaman medidas preventivas. Apuntan que en la zona se están llevando a cabo obras con excavadoras y maquinaria pesada, posiblemente para mejorar el entorno, y sospechan que el movimiento de tierras a la orilla del río podría haber forzado la salida de estos animales de su hábitat natural.
Llamamiento al Ayuntamiento y a las autoridades
Ante esta situación, los vecinos de la zona piden a las autoridades o entidades competentes que actúen con rapidez buscando soluciones: Desde campañas de información y señalización hasta controles específicos para reducir el riesgo de nuevos incidentes. También reclaman que se valore el impacto de las obras sobre la fauna local y que se apliquen protocolos de seguridad.
“Se trata de una zona de uso público intensivo y no podemos permitir que haya peligro real ni para mascotas ni para niños”, resumen los denunciantes.