Gósol ha dado un paso que podría alterar el mapa administrativo de Cataluña. En una consulta celebrada este domingo, 88 vecinos han votado a favor de que el municipio deje la demarcación de Lleida y pase a depender de la de Barcelona, mientras que solo 12 han optado por el ‘no’. En total han participado 100 personas, poco más de la mitad del censo convocado.
El alcalde, Rafael López, ha celebrado que el resultado da plena legitimidad para “vehicular una demanda histórica del pueblo”, y ha anunciado que a partir de ahora comenzarán a trabajar para que “la voluntad de los gosolanos se haga realidad”, iniciando contactos formales con las diferentes administraciones.
El primer paso será solicitar informes favorables a la Diputación de Barcelona, la Diputación de Lleida, el Consell Comarcal del Berguedà y la Generalitat. Paralelamente, el consistorio elaborará un informe propio que recogerá los motivos del cambio y los resultados de la votación.
La reacción institucional no se ha hecho esperar. El presidente de la Diputación de Lleida, Joan Talarn, ha afirmado a través de X que respetan “como no podía ser de otra manera” la decisión de la población y que ofrecerán “todo el apoyo pertinente” en el proceso.
El trámite final, sin embargo, corresponde al Congreso de los Diputados, que deberá aprobar oficialmente el cambio de provincia si el proceso llega hasta la última fase. Todo ello, un movimiento que podría convertir Gósol en un caso singular de redistribución territorial en Cataluña.