El joven de 30 años que sufrió un paro cardiorrespiratorio durante una fiesta ilegal en la zona de Sant Marc de Santa Linya, en la comarca de la Noguera, ha muerto este pasado lunes en el Hospital Arnau de Vilanova de Lleida. El hombre, vecino de Barcelona, ingresó el sábado en estado crítico en la Unidad de Cuidados Intensivos tras ser reanimado por los Mossos d'Esquadra y una asistente a la fiesta, pero finalmente no ha podido superar las graves secuelas.
Los hechos tuvieron lugar el sábado alrededor de las once de la mañana, en el marco de una rave que había comenzado la noche del viernes en una finca privada y que había reunido a centenares de personas procedentes de diferentes puntos de Cataluña y de otros países. Los Mossos d’Esquadra, alertados por la presencia masiva de vehículos y asistentes, desplegaron un dispositivo para controlar los accesos y evitar que se añadiera más gente.
Durante el fin de semana, los agentes establecieron puntos de control en los caminos de entrada y efectuaron pruebas de alcoholemia y drogas a los participantes que se marchaban del recinto. Según fuentes policiales, se interpusieron varias denuncias por conducir bajo los efectos de sustancias estupefacientes y por negación a someterse a las pruebas.
A pesar de la intervención de emergencia y los esfuerzos médicos posteriores, el joven ha perdido la vida dos días después del suceso. La policía catalana ha abierto una investigación para identificar a los organizadores de la fiesta, que no contaba con ningún permiso, y para determinar las causas exactas de la muerte, pendientes de los resultados de la autopsia.
El Ayuntamiento de Les Avellanes i Santa Linya ha condenado la celebración de la rave, que ha provocado molestias a los vecinos y problemas de circulación en la zona desde el viernes por la noche.