La Facultad de Medicina de la Universitat de Lleida (UdL) ha vivido este jueves un paro académico sin precedentes. Según recoge la ACN, los estudiantes han decidido suspender todas las sesiones de evaluación y los seminarios obligatorios como medida de protesta por la falta de garantías respecto al futuro traslado de parte de los alumnos a la nueva Unidad Docente de Igualada, que entrará en funcionamiento el próximo año.
El nuevo equipamiento, situado en el campus de Salut de Igualada, tendrá capacidad para acoger hasta 75 estudiantes de cuarto, quinto y sexto de Medicina. Y es aquí donde nacen las preocupaciones: los alumnos temen que el curso que viene se les obligue a continuar los estudios en la Anoia sin haberlo elegido. “No nos oponemos a la nueva unidad. Pedimos que el traslado sea voluntario y se haga con todas las garantías”, ha explicado Antonio Moral, presidente del Consejo del Estudiantado.
Los estudiantes reclaman un compromiso por escrito sobre dos puntos:
- Que nadie sea trasladado de manera obligatoria.
- Que se aplique un plan de calidad docente que asegure las mismas oportunidades y recursos que en Lleida.
Además, denuncian que, a estas alturas, no tienen constancia de **ningún profesor acreditado asignado al campus de Igualada**, hecho que alimenta aún más la sensación de improvisación. Moral remarca que “hay demasiadas incertidumbres pendientes de resolver” y reclama que “no se impongan criterios políticos por encima de las necesidades reales de los estudiantes”.
En cuanto a la organización académica, el Consell considera que empezar por el primer curso podría ser una opción más ordenada para descongestionar las aulas, pero siempre “con la garantía de que la formación tenga la misma calidad”.
Durante la jornada de protesta, la actividad docente se ha mantenido de forma optativa para evitar perjuicios en las notas, pero muchos alumnos se han ausentado voluntariamente para mostrar su rechazo a la situación. El conflicto, lejos de resolverse, abre un nuevo frente para la UdL a solo unos meses de que Igualada abra puertas.