Este martes murió en la UCI del Hospital Sant Joan de Déu una niña de 12 años de Alcarràs (Segrià) a causa de un shock anafiláctico. Según informa Segre, su padre George Sabadac, no estaba de acuerdo con el diagnóstico de 'muerte cerebral' que le dieron los médicos del hospital, y pidió un segundo diagnóstico. Pero no llegaron a tiempo, ya que un paro cardíaco ponía fin a la vida de su hija.
Todo empezó el viernes, cuando la niña --que era alérgica a la proteína de la leche de vaca-- fue a dormir a casa de una amiga y compañera de instituto. De allí le llamaron explicando que la niña estaba inconsciente. George fue corriendo, le practicó los primeros auxilios y, al llegar la ambulancia la reanimaron y evacuaron al Arnau de Vilanova, en Lleida.
De Arnau decidieron trasladarla al Vall d'Hebron, en Barcelona, pero finalmente fue al hospital de niños de Sant Joan de Déu. Una vez ingresada en la UCI, los facultativos aseguraron a los padres que la niña había sufrido un shock anafiláctico y que presentaba muerte cerebral.
El padre explica que "estaba conectada a una máquina para respirar e intentamos estimularla, y ya tenía una actividad cerebral oscilante", pero los médicos les aseguraban que la situación era irreversible y que les pidieron que firmaran un documento para la donación de órganos.
Los padres no estaban de acuerdo con el diagnóstico, se asesoraron y, esperanzados, comprobaron que tenían derecho a una segunda opinión médica, por lo que George acudió al Juzgado de Guardia para impedir que desconectaran a la pequeña de las máquinas que la mantenían con vida y la continuaran medicando.
A pesar de que consiguió la orden, la niña acabó muriendo el martes de un paro cardíaco y los padres creen que "no se mantuvo el tratamiento necesario". Según ellos, tenían derecho a un segundo diagnóstico “porque tenía picos de actividad cerebral y era necesario hacer más pruebas”.
George y su mujer tienen el convencimiento de que la niña se podría haber recuperado y han puesto el caso en manos de un abogado. “Sé que es un hospital con buenos profesionales y que muchos niños se han curado gracias a esto, no quiero dañar su imagen, pero como padres teníamos derecho a hacerlo todo por nuestra hija y a explicar lo que ha pasado para que su muerte no pase desapercibida”, ha terminado George.