El municipio de Tremp celebrará este sábado, 20 de diciembre, la tercera edición de la Fira de Sant Tomàs. El evento tendrá lugar en la plaza de la Creu, un espacio que este año se amplía para acoger a más expositores. En esta ocasión, participarán más de una treintena de puestos, entre productores agroalimentarios, artesanos y comercios locales que presentarán sus ofertas en un ambiente propio de la Navidad
Historia y tradición al servicio del presente
La Feria de Sant Tomàs es una tradición histórica arraigada en Tremp desde el siglo XIX. Esta feria se celebró ininterrumpidamente desde 1800 hasta 1964 y era popularmente conocida como la Feria del tocino, ya que el cerdo era el protagonista indiscutible de los productos expuestos. Tradicionalmente, el mercado se organizaba en dos puntos clave: la plaza del Mercado y la misma plaza de la Creu. Este evento se convertía así en un referente para las poblaciones cercanas tanto de la Conca de Tremp como de los pueblos montañeses.
En 1964, sin embargo, se suspendió esta celebración tradicional para trasladar la actividad ferial a la primavera coincidiendo con las fiestas de San Bonifacio.
La reactivación actual: tradición y dinamización local
Esta recuperación reciente busca rendir homenaje a esa larga trayectoria cultural mientras propone una alternativa atractiva para los vecinos y visitantes durante las fechas navideñas. La feria invita a los asistentes a disfrutar de un ambiente familiar donde poder completar las compras navideñas apostando por el consumo cercano
Programación de actividades complementarias
Además de los stands feriales, la organización ha preparado una serie de actividades pensadas para todos los públicos: talleres diversos, actuaciones musicales con la actuación destacada de la charanga La Follia, degustaciones como chocolate caliente o caldo caliente que se ofrecerá a lo largo del día para combatir el frío invernal. Además, habrá rifas para amenizar aún más esta jornada festiva
Dinamizar la economía local en épocas clave
Este retorno consolidado pretende no solo mantener viva una fiesta emblemática sino también contribuir a impulsar la economía local en un momento especialmente importante como son las veladas festivas. La feria representa así un punto estratégico para dar visibilidad a los productores y pequeños negocios vinculados al territorio.