El catedrático de Física Josep Calbó gana las elecciones a rector de la Universitat de Girona (UdG) con el 57,04% de los votos ponderados. Estos comicios han tenido lugar hoy, 27 de noviembre de 2025, de 9 a 18 h. A partir de mañana se inicia el periodo de reclamaciones, que se alargará hasta el 2 de diciembre. Calbó tomará posesión del cargo después de que el gobierno de la Generalitat de Catalunya lo nombre y se publique en el Diari Oficial.
El porcentaje de participación global de la comunidad universitaria en estas elecciones ha sido de un 20,41%, un 7,91% más que en las elecciones de 2021 —que fue de un 12,5%—, con un total de 3.189 votos emitidos de un censo global de 15.623 electores. En la jornada electoral han sido convocados a las urnas 493 profesores de los cuerpos docentes universitarios y profesorado permanente laboral, 1.234 profesores no permanentes, 13.127 estudiantes, y 769 miembros del personal técnico, de gestión y de administración y servicios (PTGAS).
Calbó ha querido remarcar en su discurso que “incorporará ideas y propuestas de las otras candidaturas para hacer avanzar la Universidad”. El catedrático de Física ha expresado agradecimiento a su equipo de la candidatura, a la rectora Anna Maria Geli, con quien fue vicerrector, y ha apuntado que “hay mucho trabajo en la Universidad, que es bien cierto que ya está consolidada, tiene tanto impacto en el entorno que lo que nos queda es hacerla avanzar.
Josep Calbó será el sexto rector de la UdG. Josep M. Nadal lo fue de 1992 a 2002; le siguió Joan Batlle, de 2002 a 2005; Anna M. Geli, de 2005 a 2013; Sergi Bonet, de 2013 a 2017, y Quim Salvi, que ha ocupado el cargo de 2017 a 2025.
Novedades clave en las elecciones al Rectorado
Las elecciones de este año llegan marcadas por una renovación profunda del modelo de gobierno universitario. La principal transformación deriva de la aplicación de la Ley Orgánica 2/2023 del Sistema Universitario, que fija mandatos de seis años —y no de cuatro, como hasta ahora — y elimina la posibilidad de reelección. Con este cambio, el cargo se convierte en un mandato único, largo y sin continuidad inmediata, con el objetivo de garantizar estabilidad y, al mismo tiempo, favorecer la renovación de los liderazgos.
La segunda gran novedad hace referencia a la ponderación del voto. Hasta ahora, el estudiantado disponía del 23% del peso electoral, mientras que el profesorado no permanente contaba con un 14%. A partir de estas elecciones, las cifras se ajustan incrementando el peso del voto estudiantil hasta el 25% y reduciendo el del profesorado no permanente al 12%.