Girona ha empezado a contar los turistas que recibe el Barri Vell y analiza qué recorridos hacen por el centro histórico a través de una red de sensores. En total, se han instalado nueve dispositivos que, a través de las señales que emiten los teléfonos móviles, permiten discernir si aquellos que pasan por debajo son gerundenses o bien turistas. Y no sólo eso, sino también ver si sólo hacen una excursión de un día en la ciudad o bien pernoctan."Podremos adaptar actos, ver si es necesario potenciar más una zona u otra y mejorar el equilibrio entre visitantes y ciudadanía", subraya la vicealcaldesa, Gemma Geis.
La instalación de los sensores forma parte de uno de los ejes del proyecto 'Menja't Girona', que ha contado con subvenciones de los fondos europeos, y que apuesta por convertir Girona en un destino turístico inteligente. Los dispositivos y el programa que los acompaña han costado 20.524.64 euros.
En total, se han puesto nueve sensores que abarcan tanto el interior del Barri Vell como todo el ámbito que lo rodea (la plaza Independencia, la calle Santa Clara, la plaza Catalunya o la zona del mercado, entre otros). Los hay tanto en la calle como en equipamientos públicos (por ejemplo, el Museo de Historia, la Oficina de Turismo de la Rambla o el ayuntamiento mismo).
Desde hace unas semanas, estos sensores -que tienen la apariencia de un rúter- ya han empezado a recoger datos. Para ello, se basan en las señales que emiten los teléfonos móviles de aquellos que pasan por debajo. Los sensores analizan si se trata de gente que vive en la ciudad o bien de turistas. Además, también permiten afinar si los visitantes hacen tan sólo una excursión de unas horas en la ciudad o bien se alojan.
Y no sólo eso. Porque la red de sensores también permite obtener información sobre los recorridos que hacen los turistas por el Barri Vell, saber por dónde se mueven y analizar con precisión sus flujos (afinando por días y franjas horarias). Todos los datos, eso sí, son anónimos.
Los sensores se encendieron en junio e irán volcando los datos al sistema durante todo un año (hasta mayo de 2026). La vicealcaldesa y concejala de Promoción Económica, Gemma Geis, subraya que serán una herramienta clave para poder conocer "los hábitos" de los visitantes, ver qué recorridos hacen por el Barri Vell y poder "influir a la hora de mejorar el turismo desde el equilibrio con la ciudadanía".
Esto será útil no sólo durante los meses de verano, sino también durante otros momentos del año; por ejemplo, con la muestra 'Girona, Temps de Flors'. "Saber con precisión estos flujos, también por días y franjas horarias, nos permitirá adaptar actividades, para que el día a día de los gerundenses sea más compatible con los visitantes, que es uno de los deberes que tiene el turismo del futuro", afirma Gemma Geis.
Los datos que recojan los sensores, además, también servirán para que el consistorio vea si es necesario potenciar una u otra zona del Barri Vell -por ejemplo, en caso de que se detecte que por la Rambla se pase poco- e impulsar acciones de brazo con el sector. "Nos permitirá ser mucho más quirúrgicos a la hora de decidir y llevar a cabo políticas de forma conjunta", explica la vicealcaldesa. "En definitiva, hacer más trabajo de estrategia y planificación", subraya Geis.
También, en los autobuses
Los sensores que hay alrededor del Barri Vell, sin embargo, no son los únicos que se han puesto. Porque en el marco del mismo proyecto, también se han instalado en los aparcamientos para buses turísticos. Por un lado, en las veinte plazas que hay habilitadas en Fontajau; y por otro, en las tres que hay en el apeadero junto a La Copa (donde los autobuses se detienen un momento para encotxar y desencotxar a los turistas).
En estos casos, los sensores se han instalado en el asfalto. Han costado 17.619,46 euros. Los dispositivos no sólo permitirán saber con exactitud cuántos autobuses turísticos llegan a Girona, sino también ver cuánto tiempo están aparcados en Fontajau.
"Cuando este año aprobamos la tasa para los autobuses, estimamos que a través de ésta ingresaríamos unos 40.000 euros; ahora, gracias a estos sensores, no sólo podremos gestionar mejor la afluencia, sino también hacer estimaciones mucho más precisas de las cifras", subraya la vicealcaldesa.
Gemma Geis pone de relieve que, con la aplicación de la inteligencia artificial, la ciudad da un paso adelante a la hora de gestionar el turismo. Hasta ahora, el Ayuntamiento de Girona tenía datos de visitantes durante eventos puntuales (como Ferias o 'Temps de Flors'). El año pasado, también obtuvo de las antenas de telefonía que varias operadoras tienen instaladas en el centro de la ciudad, o a través de los terminales para pagar con tarjeta que hay en los comercios (en este caso, para ver qué gasto hacen los turistas).