El pleno de Girona ha aprobado inicialmente las ordenanzas para 2026, que como medida estrella incluyen la rebaja de la tasa de basuras, sin ningún voto a favor de la oposición. El PSC y Vox han votado en contra, diciendo entre otras cosas que la bajada de la tasa de residuos es "simbólica" y criticando que el gobierno haya hecho "trampas" porque no "avisó" de que era necesario abrir los contenedores con tarjeta para disfrutar del descuento. El concejal del PP se ha abstenido y ha pedido más firmeza para bajar la presión fiscal en vez de mantener los grandes impuestos congelados (como el IBI). El alcalde Lluc Salellas ha reprochado a los socialistas que con el voto en contra, en vez de apostar porque "quien recicle bien pague menos" decidan "mantener lo que hay ahora".
Durante el pleno extraordinario, la teniente de alcaldía de Hacienda, Sílvia Aliu, ha defendido que las ordenanzas para 2026 son "equilibradas, progresivas y con visión a largo plazo". Aliu ha destacado, entre otros, que "no se aumenta la presión fiscal" y que, como novedad, la tasa de residuos se rebajará para aquellos que hayan hecho uso del sistema.
A grandes rasgos, las ordenanzas mantienen congelados los cinco grandes impuestos (el IBI, el ICIO, el IAE, la plusvalía y el de vehículos) y prevén que hasta el 78% de los hogares paguen menos por la basura. Son todos aquellos que, como mínimo una vez por semana, han tirado la basura haciendo uso de la tarjeta o del resto de sistemas; es decir, el puerta a puerta o las áreas temporales.
La teniente de alcaldía no ha ocultado que la tasa de residuos es "la parte más destacada" de las ordenanzas para 2026. Y como ejemplo de lo que se puede ahorrar una familia, Aliu ha explicado que el descuento puede llegar a ser de hasta 42 euros (dentro de los cuales se incluyen también los 25 por haber hecho uso del punto limpio o tener compostador). Además, la concejala de Hacienda también ha hecho hincapié en que, en el caso de los negocios y actividades económicas, "hasta el 73% de los que hay en la ciudad pagarán menos".
"Separar bien los residuos es ahorrar, y eso tiene impacto en el medio", ha dicho Aliu. "Esta es una responsabilidad compartida", ha subrayado, destacando también que en vez de haber imputado "de manera lineal" el gasto que supone la recogida de basuras -que se ha incrementado 1 MEUR- el equipo de gobierno se ha "esforzado" por incluir "bonificaciones" y "aligerar la carga" a los que hacen uso de los contenedores inteligentes.
La oposición, sin embargo, no le ha comprado el discurso. Las ordenanzas para 2026 se han aprobado inicialmente con la mayoría holgada que suma el equipo de gobierno (Guanyem, Junts y ERC), pero ninguno de los otros tres grupos ha votado a favor. El PSC y Vox lo han hecho en contra; y el PP, por su parte, se ha abstenido.
"Rebaja simbólica y más compleja"
La portavoz del PSC, Bea Esporrin, ha criticado de entrada que el gobierno haya llevado al pleno las ordenanzas "sin negociación previa con los grupos". Y como también ha hecho el resto de la oposición, ya ha avanzado que presentarán alegaciones. Esporrin ha dicho que "si bien es de agradecer" que no se suban los grandes impuestos como el IBI, los socialistas sí que creen que se podría haber ido más allá y apostar por una rebaja fiscal, "especialmente teniendo en cuenta que el ayuntamiento tiene 64 MEUR pendientes de ejecutar de 2024".
En cuanto a la tasa de basuras, la portavoz socialista ha criticado que el equipo de gobierno la haya hecho "más compleja" -introduciendo aún más supuestos- y ha definido como "simbólica" la rebaja que se aplica a aquellos que hacen uso de las tarjetas. "En estos casos, el descuento es de un máximo de 21 euros", ha dicho Esporrin -aquí, sin tener en cuenta el uso del punto limpio.
Además, la portavoz del PSC también ha criticado que, en el caso de aquellos que no hayan hecho uso del sistema, y que por lo tanto verán incrementado su recibo, "la subida es desproporcionada". Y aquí, Esporrin también ha acusado al equipo de gobierno de haber "hecho trampas", porque no comunicó a la ciudadanía que "era necesario usar la tarjeta" a la hora de tirar la basura (diciendo, por ejemplo, que hay gente que si abre el contenedor con tarjeta y detrás tiene a un vecino, le permite tirar la basura sin cerrarlo; y por lo tanto, el otro no usa el chip).
Por último, Esporrin se ha quejado de que uno de los indicadores para calcular la tasa sigan siendo los metros cuadrados de las viviendas, y ha reclamado que se revise teniendo en cuenta otras variables -como los gastos del sistema- para que los importes sean "justos, transparentes y equilibrados".
Por su parte, el concejal de Vox ha asegurado que la nueva tasa de residuos, lo que hace no es "que se pague por generación sino por obediencia a un protocolo" (en referencia al uso de las tarjetas). "El vecino, a pesar de pagar por un servicio esencial, queda bajo sospecha", ha dicho Francisco Javier Domínguez, asegurando que lo que se hace es "penalizar a quien no hace uso del sistema" y que tampoco se tiene "ninguna garantía de que la ciudad esté más limpia".
"Se queda corta"
Finalmente, el concejal del PP, Jaume Veray, a pesar de admitir que la congelación de los grandes impuestos de entrada es "una buena noticia", para ellos se "queda corta". Porque el concejal considera que el equipo de gobierno podría haber intentado reducir la carga fiscal y apuesta por intentar bajarlos.
En referencia a la tasa de basuras, Veray también ha criticado que a la hora de calcularla no se use el padrón, sino los metros de las viviendas y el consumo de agua. "Hoy lo que nos presentan es un 'quiero y no puedo' o peor aún, 'un quiero pero no me atrevo a hacerlo'", ha sentenciado el concejal. Por ello, a la espera de cómo se concretan las ordenanzas en el presupuesto para 2026 -y también, teniendo en cuenta que se tendrán que aprobar de manera definitiva- el concejal del PP ha anunciado que se abstenía.
Un 'no' acrítico y populismo
En el turno de réplica, la concejala de Hacienda ha criticado al PSC y a Vox que siempre hagan "un 'no' acrítico" y les ha acusado de hacer "populismo" con la tasa de residuos. "No es cierto que la reducción sea simbólica", ha reiterado, asegurando que la propuesta se ha hecho con "gestión, rigor y voluntad de aligerar la carga" sobre los gerundenses. "Somos conscientes de las incidencias que tiene la recogida de basuras, pero no renunciaremos a una ciudad más justa solo porque la adaptación al modelo haya costado", ha concluido.
Por su parte, antes de la votación, el alcalde Lluc Salellas ha tomado la palabra para recordar al PSC que en Bilbao, donde gobiernan los socialistas, la tasa de basuras se ha subido hasta un 45% este 2025. Salellas ha defendido la propuesta que ha llevado a pleno el equipo de gobierno con los residuos, subrayando que la voluntad es que, "quien lo hace bien pague menos", y ha reprochado al PSC que, votando en contra, lo que hacen es "decidir mantener lo que hay ahora".
En el pleno extraordinario, una decena de trabajadores de la empresa Girona+Neta han protestado con carteles y una pancarta. Después de anunciar que la plantilla dejaba de hacer horas extra en fines de semana y festivos para reclamar mejores condiciones laborales, los trabajadores han desplegado una pancarta con la frase 'Modificaciones unilaterales NO, negociación colectiva SÍ' y folios con escritos como '¡Los festivos que los trabajen los 'jefes'!' o bien '¡Ni un festivo ni una hora extra más!'.