Las Unidades Móviles de Información al Consumidor de la Diputación de Barcelona cumplen 30 años. El proyecto nació para acercar el servicio de atención al consumidor a los municipios de la demarcación integrados en la Red Local de Consumo sin oficina propia permanente. Primero arrancaron con una autocaravana cedida por el Ayuntamiento de Terrassa, hasta que en 1996 se compraron los primeros vehículos.
Actualmente, el servicio cuenta con una flota de 8 Unidades Móviles de Información al Consumidor. El año pasado, realizaron 799 visitas a 187 municipios. De los 1.250 expedientes tramitados por la Oficina Provincial de Información al Consumidor, cerca de la mitad (595) se iniciaron en una unidad móvil. Un vídeo conmemorativo vídeo recuerda el camino recorrido.
El despliegue de las UMIC coincide con la ampliación de la red. Como explica el diputado de Comercio y Salud Pública, Josep-Ramon Mut i Bosque, “gracias a la implicación de los entes locales, se ha pasado de poco más de treinta servicios públicos de consumo que había en el año 1995, a una red consolidada de 89 Oficinas Municipales o Comarcales de Información al Consumidor, unos puntos de atención que equilibran el territorio y velan por la ciudadanía desde la proximidad y que nos animan a continuar avanzando en esta línea.”
A principios de la década de 1990, todo estaba por hacer. Aunque las competencias sobre la atención a los consumidores correspondían a las administraciones autonómicas, los ayuntamientos se vieron en la obligación de ofrecer atención inmediata. “Y aquí es donde la Diputación de Barcelona entró en juego, para darles apoyo”, señala Daniel Cebrián, técnico de la corporación que vivió el proceso desde sus inicios.
Como explica la técnica de la OMIC del Ayuntamiento de Palau-Solità i Plegamans Rosa Costajussà, “con el servicio conseguimos que el ciudadano estuviera bien informado y no se sintiera desprotegido. Encontró un apoyo y empezó a ver una administración más cercana, que le escuchaba y que le ayudaba en casos que inicialmente veían imposibles de resolver.”
Los primeros convenios de colaboración entre la Diputación de Barcelona y ayuntamientos como Santa Coloma de Cervelló, Vacarisses y Castellví de Rosanes para poner en marcha las primeras unidades móviles de información se firmaron en 1993. Cebrián recuerda que el servicio “fue un éxito inmediato, porque entonces no existía un servicio de proximidad similar y en los municipios de menor población se tenían que desplazar para recibir atención. En los primeros vehículos, aunque íbamos dos técnicos para atender todas las demandas, había colas”, recuerda.
Las UMIC evitaron los desplazamientos a pueblos más grandes que sí contaban con una oficina de información al consumidor y más recursos. De los 224 municipios de la red, 170 son municipios de menos de 5.000 habitantes —84 de menos de 1.000 habitantes— y 52 tienen una población superior a 5.000 habitantes. Las UMIC garantizan que todas las personas tengan acceso al servicio en su población, independientemente de su tamaño.
Actualmente, casi la mitad de las consultas son electrónicas. “En los inicios había un buzón físico en el Ayuntamiento, con un cajoncito con formularios que los vecinos rellenaban con su reclamación”, recuerda Montse Martí, técnica de promoción económica de Torelló.
Los temas y las preocupaciones han ido cambiando a medida que lo hacía la sociedad. Cebrián recuerda que en la primera época había mucha preocupación por temas alimentarios. “Y había una queja recurrente sobre la tara de las básculas en las tiendas, sobre si el peso era correcto”, recuerda. Servicios básicos como el teléfono o la luz se contrataban a la misma compañía. “Con la regularización de Internet, en el año 2000, y la liberalización de los contratos eléctricos se abrió una nueva etapa. Ahora, la luz es un tema estrella en las consultas”, desvela. El estallido de Internet y los smartphones cambió el escenario y, posteriormente, el papel de la Diputación de Barcelona y la atención de las UMIC fue clave, especialmente, durante la crisis de las acciones preferentes, que afectó a muchas personas vulnerables sin conocimientos financieros.
El servicio de las unidades móviles de información al consumidor es innovador no solo en Cataluña sino en todo el Estado. En Cataluña, solo las comarcas barcelonesas disponen de este tipo de servicio. En el marco del Estado, otras diputaciones como las de Valladolid, León o Albacete han visitado las comarcas de Barcelona para intentar adaptar el modelo de la Diputación de Barcelona a sus territorios. Países como Turquía y Ucrania han enviado delegaciones para conocer de primera mano cómo la Diputación de Barcelona proporciona este servicio en áreas rurales alejadas de los grandes centros de población.