La Fiesta Mayor de Sants 2025 arrancó este sábado con un pregón que, más que dar el pistoletazo de salida a las actividades festivas, ha incendiado las redes sociales. Las encargadas del discurso inaugural fueron las actrices mallorquinas Esther López y Júlia Truyol, de la compañía La Calórica, que convirtieron la balconada del parque de la España Industrial en un escenario de denuncia política y social.
El pregón arrancó con críticas a la masificación turística, la gentrificación y la crisis de la vivienda en Barcelona. Hasta aquí, nada que sorprendiera a los asistentes, acostumbrados a discursos reivindicativos en este tipo de actos. Pero el tono subió cuando las pregoneras cargaron contra la extrema derecha, exigieron más contundencia al Ayuntamiento en la defensa de Palestina y calificaron a Israel de “estado genocida”.
El clímax llegó con un grito teatralizado y prolongado de “¡estamos hartas!”, que se convirtió en la escena más comentada del fin de semana. El vídeo de este momento, compartido en X, fue reversionado en cuestión de horas: algunos usuarios lo editaron con efectos de serie anime, otros lo convirtieron en remix musical y muchos más lo satirizaron con memes que oscilaban entre la burla y la estupefacción.
‼🗣 Los gritos de dos actrices en su reivindicativo pregón en las fiestas de Sants, en Barcelona: "Que el Estado genocida de Israel no quede impune"
👉 El vídeo se ha hecho viral en redes sociales y rápidamente han comentado los gritos de reivindicación pic.twitter.com/VIwKZUiyV3
— EL ESPAÑOL (@elespanolcom) August 25, 2025
Las críticas no se hicieron esperar. Parte de los vecinos han reprochado a las actrices que no se refirieran a los problemas concretos del barrio y que convirtieran el pregón en un mitin. Otros, incluidos partidos políticos, han apuntado directamente al consistorio y a la concejala de Sants-Montjuïc, Raquel Gil, presente durante el acto, a quien algunos usuarios señalaron como responsable de haber avalado un pregón “más ideológico que popular”.
Sin embargo, también ha habido quien ha defendido la libertad de las pregoneras para expresarse y han aplaudido el tono combativo. La realidad es que la imagen del pregón ha trascendido mucho más en línea que en la calle, convirtiéndose en materia prima para la ironía digital y poniendo Sants en el centro del debate sobre la politización de las fiestas populares.
Una cosa está clara, lo que debía ser el inicio lúdico de una de las fiestas mayores más emblemáticas de Barcelona ha terminado siendo un fenómeno viral que divide opiniones, con un discurso que ha enmascarado su objetivo real, y con un grito colectivo que ya forma parte de la hemeroteca de memes barceloneses: “¡estamos hartas!”.