Un juzgado de Barcelona ha dictado una orden de desahucio de la sede de la Fundación Montserrat Caballé por un impago de más de 41.000 euros en alquileres acumulados, una cifra que alcanza exactamente los 41.256,73 euros. La decisión judicial, emitida por el Juzgado de Primera Instancia número 36 de la ciudad, establece que el desahucio se llevará a cabo el próximo 3 de octubre a las 10 de la mañana, tal y como ha avanzado El Español.
La Fundación, creada para mantener vivo el legado de la famosa soprano Montserrat Caballé, se encuentra en una situación delicada después de la demanda presentada por la sociedad propietaria del inmueble, Punti SL, que inició un juicio verbal por desahucio por la falta de pago de las rentas.
Además de la Fundación, también se condena a Carlos Caballé, hermano de la soprano, que reside en la misma finca, al pago de las rentas reclamadas y a aquellas que se hayan ido acumulando hasta el momento del desahucio. Según fuentes judiciales, el hermano de la soprano ha intentado suspender cautelarmente el desahucio alegando que se encuentra en una situación de vulnerabilidad por su edad (octogenario) e ingresos inferiores a 1.000 euros mensuales, pero su petición ha sido desestimada.
En el decreto judicial también se indica que, si el inmueble se encuentra cerrado o se impide la entrada, se podrá proceder al desahucio mediante medidas excepcionales, incluyendo el uso de la fuerza pública si fuera necesario. Este tipo de actuación ha provocado cierta controversia, dada la situación personal de Carlos Caballé.
Un legado en peligro
La Fundación Montserrat Caballé, constituida oficialmente el 4 de diciembre de 2019 e inscrita en junio de 2020, fue creada con la finalidad de preservar el legado de la soprano y mantener su Concurso Internacional de Canto como plataforma para jóvenes talentos. A pesar del objetivo altruista de la institución, esta ha quedado atrapada en un problema económico que ha llevado a la actual crisis.
En su momento, la familia de Montserrat Caballé describió la creación de la Fundación como el cumplimiento de un sueño de la soprano para mantener vivo su legado. Sin embargo, con el desahucio inminente, este sueño se ve amenazado por un episodio que recuerda las dificultades económicas que la misma Caballé tuvo que superar en su infancia. De hecho, el hermano de la soprano, Carlos, había relatado en varias ocasiones que durante la posguerra la familia fue desahuciada y tuvo que vivir entre cartones en la Plaza Catalunya de Barcelona.