Unas 1.500 personas —según la Guardia Urbana— han marchado este martes por Barcelona para denunciar el acoso escolar y reclamar medidas de prevención y apoyo en salud mental, a raíz del suicidio de una chica de 14 años en Sevilla —que había denunciado bullying— y de la investigación del caso de Almacelles (Segrià) de julio. Convocada por el Sindicato de Estudiantes, la marcha ha salido de la plaza de la Universidad y ha terminado en Sant Jaume, con lemas como “No son suicidios, son asesinatos”.
La portavoz del Sindicato de Estudiantes, Eider Bustos, ha afirmado que “la muerte de Sandra no es un caso aislado y se podría haber evitado” y que el fenómeno evidencia que “el sistema falla de manera reiterada”. Ha alertado, también, de cómo “penetra el discurso de la extrema derecha señalando aquello que no es normativo”. Aitana, estudiante, ha denunciado que algunos centros “ocultan” situaciones de acoso “para preservar la reputación”: “Dicen que son cosas de niños”.
La presidenta de NACE (No al Acoso Escolar), Carmen Cabestany, ha celebrado la movilización y ha reclamado protocolos robustos e intervenciones simultáneas, criticando que el Departament d’Educació no haya implementado el decálogo de 10 medidas propuesto por la entidad. Ha defendido que los protocolos tengan supervisión externa para evitar manipulaciones y para disponer de datos fiables.
El manifiesto de la protesta exige “justicia y reparación” para Sandra y para todas las víctimas, pide ir a la raíz del problema, señalar responsabilidades, reforzar servicios de salud mental y no banalizar el acoso como “cosas de niños”. También insta a gobiernos autonómicos y estatal a desplegar planes de prevención del suicidio en las instituciones y señala los discursos de odio como factor que alimenta el problema. En Sant Jaume, varios estudiantes han compartido testimonios en primera persona.
Si tú o alguien de tu entorno lo está pasando mal, pide ayuda. En Cataluña: 061 Salut Respon; emergencias 112. También está la línea estatal 024 para la conducta suicida y el 717 003 717 (Teléfono de la Esperanza). Hablar de ello y buscar apoyo puede ayudar.