Lo que iba a ser un verano tranquilo y soleado se ha convertido en una historia increíble pero real. Varias piscinas comunitarias de Barcelona se han visto obligadas a cerrar sus instalaciones debido a un reto viral que incita a jóvenes a bañarse en piscinas y defecar dentro. El caso más grave, de momento, se ha producido en el barrio de la Marina, donde una comunidad de vecinos hace casi dos semanas que no puede utilizar su piscina por culpa de esta práctica.
Una comunidad señalada por el reto viral
Los hechos se remontan a julio, cuando varios vecinos de la comunidad comenzaron a detectar movimientos sospechosos durante la madrugada. Algunos residentes, como una vecina que ha preferido mantener el anonimato, relatan que a menudo, a las tres de la madrugada, se despertaban al oír ruidos y observaban grupos de jóvenes accediendo ilegalmente a la piscina. "Se bañaban de madrugada y se marchaban como si nada. Al principio parecían solo gamberradas nocturnas, pero a medida que pasaban los días, la situación empeoró. El agua empezó a oler mal y encontramos restos flotando", explica la vecina.
Al revisar la piscina, el personal de mantenimiento confirmó lo peor: alguien había defecado deliberadamente dentro del agua. Primero se limpió el agua, pero estos episodios se repitieron día tras día. Fue por este motivo que a finales de julio se decretó el cierre inmediato de la piscina.
Agua bajo vigilancia y un verano sin baño
Los vecinos denuncian que, desde entonces, no han podido usar la piscina en plena ola de calor. Las muestras se encuentran ahora en proceso de cultivo y evaluación por parte de un laboratorio especializado. Hasta que no se disponga de los resultados y se pueda garantizar la seguridad sanitaria, la piscina permanecerá cerrada. “Nos han quitado el espacio común que más disfrutábamos en verano. Nos han cagado el verano, literalmente” explica Julia Carro, vecina.
Según fuentes de la comunidad, esta situación no tiene precedentes. Nunca habían vivido un episodio de estas características. “Tengo dos criaturas pequeñas que esperan todo el año para poderse bañar aquí. ¿Ahora les tengo que decir que no pueden porque hay gente que se divierte haciendo sus necesidades dentro del agua?”, lamenta Raquel, otra vecina.
El reto: una moda que crece en las redes
Los hechos se enmarcan en un nuevo reto viral que circula a través de redes sociales como TikTok, donde jóvenes se graban colándose en piscinas y, como punto final, defecando dentro del agua. Esta práctica, que algunos consideran una “broma extrema”, ha derivado en una problemática real que afecta a la salud pública y la convivencia.
Los riesgos para la salud son evidentes
Los expertos alertan que la presencia de materia fecal en piscinas puede derivar en consecuencias graves. Bacterias como la E. coli, la Salmonella o el Norovirus pueden propagarse rápidamente y causar gastroenteritis, infecciones cutáneas, irritaciones oculares o incluso problemas respiratorios. "Es un acto de gran irresponsabilidad. No se trata solo de una gamberrada. Puede poner en peligro la salud de todos. Aunque, especialmente la de niños, embarazadas o personas con el sistema inmunitario debilitado", explica la doctora Laura Lop, especialista en salud.
Convivencia en crisis
El caso de la comunidad de la Marina se ha convertido en un símbolo de lo que ocurre cuando la viralidad se convierte en vandalismo. Lo que para algunos es una broma o una moda, para otros representa una agresión directa al bienestar colectivo y una amenaza a la salud común.
Los vecinos solo quieren recuperar la normalidad. Pero, hasta entonces, conviven con el hedor, la frustración y el miedo a que vuelva a ocurrir. “No pedimos nada extraordinario. Solo queremos poder disfrutar de nuestro verano como siempre, sin tener que convivir con el miedo o con la mierda de los demás”, concluye una residente, con impotencia.