El Consejo Asesor de la Gente Mayor impulsa el “Compromiso Barcelona amigable con las personas mayores”

El objetivo es lograr un acuerdo para alcanzar una ciudad para todas las edades

17 de agosto de 2025 a las 19:35h

El Consejo Asesor de la Gente Mayor de Barcelona (CAGG) ha publicado el “Compromiso Barcelona amigable con las personas mayores”, un documento a través del cual quiere sumar esfuerzos de diferentes administraciones, entidades, instituciones públicas y privadas y organismos para alcanzar los retos que plantea el mismo documento en materia de derechos y edadismo, transporte y movilidad, salud y cuidados, usos de los espacios, vivienda, relaciones sociales, cultura y educación. El documento está publicado en este enlace y está abierto a la adhesión de aquellos que se quieran implicar.

Una cifra avala la necesidad de ir transformando la ciudad para hacerla más acogedora para todos: En pocos años una de cada tres personas tendrá más de 60 años en Barcelona, mientras la población de más de 80 años e incluso centenaria, irá en aumento. La población de Barcelona del futuro será más grande, y también más diversa.

El “Compromiso Barcelona ciudad amigable”, por lo tanto, quiere ser la inspiración y la herramienta para que las entidades sociales, las organizaciones públicas y privadas y la ciudadanía en general puedan actuar sobre sus entornos físicos y de servicios para adaptar la ciudad a las necesidades de la población, principalmente de las personas mayores.

Se trata pues, de un pacto de colaboración y de corresponsabilidad social para que la ciudad se adapte a las necesidades de la población de todas las edades poniendo el foco en las personas mayores y potenciando su autonomía. De hecho, el compromiso propone un método de trabajo basado en la incorporación de la perspectiva de la ciudadanía y, en concreto, de la mirada de las personas mayores, en todo el proceso de creación de la política local. Con este propósito plantea crear mecanismos de participación de las personas mayores en cada fase de la política pública: el diagnóstico, el diseño, la implementación y la evaluación. Una participación que abre la puerta a trabajar desde las diferentes realidades cotidianas, escuchando a sus protagonistas y cocreando una ciudad a escala humana, priorizando siempre el bienestar común; y, especialmente, de las personas mayores.

El “Compromiso” organiza los retos que hay que abordar para transformar la ciudad hacia la amigabilidad en siete ámbitos de trabajo: derechos y edadismo, transporte y movilidad, espacios y usos, relaciones sociales y participación, cultura y formación a lo largo de la vida, salud, cuidados y bienestar, y condiciones de vida y vivienda. Estos ámbitos son una adaptación a la realidad barcelonesa de las áreas propuestas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la Red Mundial de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores, de la cual Barcelona forma parte desde el Año 2011, cuando la OMS reconoció el proceso iniciado por el CAGG y el Ayuntamiento, y trabajado con los distritos, desde 2009.

Los retos dentro de cada uno de estos ámbitos son los siguientes:

  • Derechos y edadismo: protegernos frente a las desigualdades
    • El ámbito de derechos y edadismo es el más transversal de la composición de la amigabilidad. Por otra parte, el edadismo es una de las desigualdades más arraigada en la sociedad y que afecta de diferentes formas a todos los ámbitos de las políticas públicas. Por este motivo las actuaciones de lucha contra el edadismo son esenciales para defender el derecho fundamental a vivir con dignidad el proceso de envejecimiento a lo largo de la vida.
  • Transporte y movilidad: innovación y conectividad
    • Hay que repensar el modelo de movilidad urbana en función de las características de una población cada vez más envejecida, más diversa y con una distribución territorial desigual.
    • El reto es crear una red de transporte público totalmente accesible, confortable, segura y adecuada a las necesidades de desplazamiento como un recurso de inclusión social urbana.
  • Espacios y usos: diversidad y equidad en el uso de los espacios y equipamientos
    • Los cambios en la ciudad requieren espacios y equipamientos que tengan en cuenta una diversidad de usos y de oferta, de acuerdo con la diversidad de la población (edades, identidades culturales y de género, niveles socioeducativos, etc.). Por otra parte, el espacio público tiene cada vez más un uso intensivo por parte de la población, y hay que también adaptarlo para mitigar el impacto negativo medioambiental (clima y contaminación) y de la masificación de algunos circuitos turísticos que dificulta el uso por parte de los vecinos y vecinas.
  • Relaciones sociales y participación: crear cotidianidad en el cambio social
    • Las redes comunitarias han demostrado ser una fuente de bienestar para las personas, pero cada vez hay más dificultades para hacerlas sostenibles y resistentes al impacto de los cambios de las grandes urbes. En una sociedad marcada por la huella del individualismo, a menudo las personas experimentan dificultades para crear vínculos sociales. Además, la turistificación de algunos barrios y dada la diversidad social de la población y los constantes cambio de domicilio por toda la ciudad también hacen temblar la posibilidad de construir y mantener redes vecinales. Así mismo, estas redes de apoyo comunitario se ven tensionadas por estructuras familiares cada vez más pequeñas, por un tejido comercial de proximidad debilitado y por un mercado de trabajo precarizado que empuja a las personas a salir de los barrios durante largas jornadas laborales. Por eso, fomentar las relaciones sociales, personales y vecinales, y fortalecer el asociacionismo y la participación, son retos para construir ciudades amigables con las personas.
  • Cultura y formación a lo largo de la vida: recursos de proximidad y nuevas tecnologías
    • El compromiso en este ámbito ofrece un abanico de oportunidades para la formulación de iniciativas inspiradoras para la sociedad barcelonesa. La tendencia sociodemográfica indica que las nuevas generaciones de personas mayores tienen mayoritariamente niveles educativos altos así como mayor acceso a recursos culturales y formativos de calidad. Las nuevas tecnologías pueden representar también una gran oportunidad para continuar desarrollando la formación a lo largo de la vida, facilitando el acceso a recursos diversos y con un coste económico relativamente asequible. Hay que también que se ofrezcan oportunidades de aprendizaje para reducir la brecha digital y asegurar que no se creen más desigualdades en este ámbito.
  • Salud, cuidados y bienestar: calidad y mejora continua
    • El envejecimiento activo y saludable es un reto que pasa por reducir las desigualdades sociales en salud y eliminar el edadismo como uno de los ejes de desigualdad. Este reto transversal tiene un peso significativo en el ámbito de la salud y los cuidados porque implica escuchar en todo momento las carencias de las personas para prevenir y atender las necesidades en salud. Hacen falta más medidas para vivir en el hogar el máximo tiempo posible y para que los recursos de cuidado sean de calidad y den respuesta a las necesidades reales de las personas mayores y, especialmente, de las que viven situaciones de dependencia y atender a la vez las necesidades de las personas cuidadoras. Complementariamente, hace falta una atención especializada desde la geriatría y la gerontología para hacer una atención integral de la salud física y mental de las personas mayores.
  • Condiciones de vida y vivienda: vivir en condiciones dignas, un derecho para todos
    • La vivienda es un ámbito en el cual se están llevando a cabo respuestas innovadoras a las cuales habría que dar más apoyo: experiencias de co-vivienda, vivienda cooperativa pública en derecho de superficie, viviendas con servicios para las personas mayores, entre otros.

El Ayuntamiento asume el reto de asumir este Compromiso y hacerlo transversal a todas las áreas, organismos y distritos, así como de hacerlo extensivo al resto de administraciones, instituciones, y a los agentes sociales y económicos y entidades de la ciudad. Junto con el Consejo Asesor de la Gente Mayor, tiene que ser el motor e impulso, y garantizar la implementación y el seguimiento participativo de los agentes que se sumen y de las acciones que incorporen.