El hombre acusado por los insultos racistas al futbolista Iñaki Williams en un partido en el campo del Espanyol en 2020 ha aceptado una condena de un año de prisión en el juicio celebrado este miércoles en la Audiencia de Barcelona.
El procesado ha reconocido los hechos en un acuerdo de conformidad que implica también una multa de 1.000 euros y la prohibición de entrar a los estadios de fútbol de cualquier categoría durante tres años, además de una inhabilitación de cinco años para profesiones del ámbito educativo o deportivo. Los hechos se remontan a un partido del 25 de enero de 2020 entre el Espanyol y el Athletic de Bilbao, en el que el acusado, junto con otros aficionados, profirió gritos y escenificó gestos de menosprecio de carácter racista, imitando el sonido de los primates.