El Ayuntamiento de Barcelona pone a prueba el panot del siglo XXI en el lado mar de la acera de la avenida Gran Via de les Corts Catalanes, en el tramo entre el paseo de Gracia y la Rambla de Catalunya. Esta acción forma parte de la segunda prueba piloto del proyecto ganador del reto de innovación urbana 'El Panot del siglo XXI', que promueve la renovación del pavimento icónico de la ciudad con criterios de innovación y sostenibilidad. Como continuación a la primera prueba en la Superilla del Poblenou, este nuevo piloto, en una zona de alta intensidad de uso como la Gran Via, permitirá validar el comportamiento del material en entornos reales de gran afluencia, según afirma el consistorio barcelonés.
Además de los panots, se ha instalado un tótem informativo en la esquina de Gran Vía con Rambla de Catalunya que informa sobre el proyecto y muestra en tiempo real el recuento de peatones que han pisado el panot.
Según ha indicado la primera teniente de alcaldía, Laia Bonet, el panot del siglo XXI "demuestra que es posible innovar manteniendo la identidad propia, reduciendo la huella de carbono y mejorando la calidad de vida en la ciudad".
La primera prueba piloto se hizo el pasado marzo en la calle de Almogàvers y se evaluó la resistencia, el deslizamiento, la profundidad de rebaje, la estabilidad cromática, el drenaje, el comportamiento acústico y la facilidad de limpieza del material. Según subrayado el consistorio, los resultados de todos estos parámetros "han sido positivos". En el ensayo que ahora empieza también se evaluará el rotura de las piezas, la resistencia a rotación y la durabilidad y reposición, así como el comportamiento físico de las piezas.
Si los resultados continúan siendo satisfactorios, los nuevos adoquines se podrán incorporar progresivamente a los futuros contratos de obra pública, de tal manera que se sustituyan de forma gradual los adoquines convencionales. El Ayuntamiento subraya que con esta transición, Barcelona "impulsa y refuerza el compromiso del sector de la construcción hacia la descarbonización y la circularidad".
Los nuevos modelos son las soluciones ganadoras del reto lanzado por el Ayuntamiento, a través de la Fundación BIT Habitat, para codiseñar el panot del siglo XXI, en el año 2022. Se buscaba mantener el diseño actual, incorporando soluciones y tecnologías innovadoras que permitieran reducir sustancialmente la huella de carbono e impulsar la economía circular. Las piezas, afirma el consistorio, presentan una composición con una huella ecológica "mucho más baja", utiliza materiales reciclados y está diseñado para tener una mayor durabilidad y reutilización. También incluye mejoras como una mejor permeabilidad para favorecer la gestión sostenible del agua.
