El Ayuntamiento de Barcelona ha finalizado una nueva fase de urbanización del recinto fabril de Can Ricart, en el distrito de Sant Martí, con el objetivo de mejorar la conectividad y crear nuevos espacios de estancia y relación abiertos al barrio. Esta actuación, impulsada por el Instituto Municipal de Urbanismo y financiada con fondos públicos y privados, ha supuesto una inversión de 2,4 millones de euros (IVA incluido).
Las obras, que corresponden al cuadrante Besòs-montaña, han transformado el interior del recinto en un espacio público de calidad, con nuevas plazas y recorridos para peatones que recuperan las huellas históricas del conjunto industrial. Entre las mejoras destaca la prolongación de la calle Emília Coranty (entre Marroc y Perú) y la apertura de la calle Bolívia (entre Espronceda y Bilbao), que permiten conectar el recinto con la trama urbana del entorno.
Esta nueva urbanización integra naves protegidas como Bienes Culturales de Interés Nacional (BCIN) con edificios de nueva construcción destinados a vivienda social, residencia de estudiantes y vivienda no convencional.
En clave ambiental, la actuación ha incorporado Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS), con parterres que recogen e infiltran el agua de lluvia en el acuífero. También se han instalado nuevos servicios de suministro, alumbrado, redes de agua, electricidad y telecomunicaciones, así como una fuente pública. En fases posteriores se añadirán bancos, aparcamientos de bicicletas y otros elementos de mobiliario urbano.
El proyecto global de Can Ricart prevé la urbanización de 17.923 m², de los cuales esta fase ha actuado sobre 4.390 m². Además, se ha llevado a cabo un control arqueológico de los trabajos y la nueva pavimentación conserva la huella de los antiguos raíles y de las naves industriales, integrando la memoria histórica dentro del nuevo espacio urbano.