Barcelona da un paso decisivo para convertirse en la primera Capital Europea del Comercio de Proximidad. La Comisión Europea ha escogido la candidatura barcelonesa como una de las tres finalistas en la categoría Visionary —para ciudades de más de 250.000 habitantes—, donde competirá con Utrecht (Países Bajos) y Zaragoza.
La propuesta se presentó de manera unitaria por el Ayuntamiento de Barcelona y las principales entidades del comercio local, y entra ahora en su fase decisiva: en las próximas semanas, la Unión Europea recibirá el programa de actividades propuesto para la capitalidad. La ciudad ganadora se dará a conocer en una ceremonia oficial el 28 de enero en Bruselas, con la previsión de comenzar las actividades en febrero de 2026.
La comisionada de Promoción Económica, Comercio, Mercados y Restauración, Nadia Quevedo, ha subrayado la “unidad sin precedentes” que ha hecho posible esta candidatura coral. Según Quevedo, ser finalistas “refuerza un modelo comercial de excelencia” y marca el inicio de la preparación de un programa que combinará las iniciativas habituales con nuevas propuestas vinculadas a la capitalidad europea.
Una iniciativa nacida del tejido comercial barcelonés
La capital catalana impulsó el proyecto a través de Barcelona Comerç y Vitrines d’Europe, una iniciativa que el Parlamento Europeo aprobó en 2023 y que se ha abierto este año a todas las ciudades de la UE. Barcelona formalizó su candidatura en octubre, en un acto presidido por el alcalde Jaume Collboni.
La propuesta se basa en cuatro criterios de evaluación en los que Barcelona considera que es especialmente fuerte:
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Sostenibilidad del comercio.
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Emprendimiento y vínculo comunitario.
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Digitalización.
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Atractivo urbano y vitalidad económica.
La candidatura recoge 40 experiencias y proyectos de referencia, escogidos por su impacto y potencial de replicación en otras ciudades europeas.
Un sector que representa el 13,2% del PIB de la ciudad
El comercio de proximidad es uno de los motores económicos de Barcelona: aporta el 13,2% del PIB, genera más de 152.000 puestos de trabajo y concentra un tejido muy diverso formado por 61.875 establecimientos activos, un 90,9% de los locales en planta baja.
La ciudad defiende un modelo comercial basado en la diversidad, el arraigo a los barrios y la capacidad de innovación, que contribuye a la cohesión urbana y social. Las principales líneas de trabajo del Plan Estratégico de Comercio incluyen:
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Relevo generacional y emprendimiento.
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Competitividad y digitalización.
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Promoción del comercio local.
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Responsabilidad ambiental y social.
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Reactivación de locales vacíos.
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Gobiernos compartidos con las entidades.
Entre los retos del sector destacan la presión inmobiliaria, la digitalización, el cambio demográfico, la competencia de grandes plataformas, la transformación urbana y la necesidad de reforzar el consumo responsable y la sostenibilidad.
Un apoyo amplio y transversal
La candidatura tiene el apoyo de todo el sector comercial: Barcelona Comerç, Barcelona Oberta, Foment Comerç, Consell de Gremis, PIMEC y PIMEC Comerç, Comertia, FEMM y ABCC, entre otros.
También dan apoyo instituciones como el AMB, la Diputación de Barcelona, la Generalitat, y los grupos municipales de Junts, BComú, ERC y PP, evidenciando el consenso alrededor de un objetivo compartido.
