La actividad de los cruceros en el Puerto de Barcelona inyectó 1.236 millones de euros a la economía catalana durante 2024, según un estudio elaborado por la Universidad de Barcelona (UB) presentado este miércoles. La cifra, que equivale a una facturación diaria de 3,4 millones de euros, permitió mantener 9.500 puestos de trabajo, la mayor parte concentrados en la capital catalana.
De estos, más de 1.200 millones de euros, 855 millones se quedaron en Barcelona, que concentra el 70% del impacto total. En conjunto, el Puerto registró 2,8 millones de cruceristas, de los cuales 2,2 millones visitaron la ciudad —1,6 millones durante el día y 600.000 que pernoctaron con una media de 2,8 noches.
Los cruceristas contribuyeron con 260,9 millones de euros en impuestos, repartidos entre el Estado (154,2 M€), la Generalitat (94,8 M€) y el Ayuntamiento de Barcelona (11,9 M€). Según el economista Jordi Suriñach, “cada crucerista generó una facturación media de 463 euros”, el doble del peso que tienen sobre el total de turistas en la ciudad.
El estudio revela que los cruceros aportan el 9,1% de los impuestos generados por el turismo en Barcelona, a pesar de representar solo el 4,5% de los visitantes totales, lo que los convierte en uno de los segmentos más rentables. Además, incluso los viajeros que no pisan la ciudad —unas 600.000 personas— pagan impuestos por establecimientos turísticos y recargos municipales.
En cuanto al origen, un tercio de los cruceristas que embarcan o desembarcan en Barcelona provienen de América del Norte, principalmente de los Estados Unidos, con un nivel de gasto de hasta 307 € diarios, muy superior a la media del turismo vacacional. Les siguen los españoles (20,3%) y los británicos (8,5%), mientras que los italianos y alemanes destacan entre los turistas de tránsito, con gastos menores, entre 40 y 77 € al día.
El impacto económico no se limita al sector turístico: el 58% de la facturación y el 41% de los puestos de trabajo están vinculados a ámbitos como el transporte, el abastecimiento o los servicios logísticos, según la UB. “Por cada 100 euros que genera el turismo de cruceros, se crean 128 más en otros sectores”, concluye el informe.
Desde la Asociación de Líneas Internacionales de Cruceros (CLIA), el director, Alfredo Serrano, ha destacado que el sector “tiene menos estacionalidad que el turismo tradicional” y es “el más avanzado tecnológicamente en sostenibilidad y descarbonización”.
Por su parte, Mar Pérez, responsable de cruceros del Puerto de Barcelona, ha remarcado el carácter “transversal y positivo” de la actividad, que “genera sinergias económicas más allá del turismo y contribuye al dinamismo del conjunto del área metropolitana”.
Con estas cifras, Barcelona mantiene el liderazgo como puerto base de cruceros en el Mediterráneo y confirma que el sector, lejos de desacelerarse, continúa siendo una pieza clave para la economía catalana.
