La cosecha de melón y sandía en el Parc Agrari del Baix Llobregat este verano ha sido “excepcional” tanto en cantidad como en calidad. A diferencia del año pasado, sin embargo, los precios han sido muy bajos levantando las quejas de los agricultores que no ven reconocida ni su labor ni la calidad del producto que ofrecen. Xavier Oliva, de la Cooperativa Agrícola del Prat de Llobregat, explica que el kilo de melón se está pagando a 35 o 40 céntimos, un precio “irrisorio”, y el de sandía, aunque ha repuntado un poco, estaba en los 25 céntimos hace un par de semanas.
“Nosotros queremos llegar a los lineales con un buen producto de proximidad, pero con los precios actuales a nadie le interesa producir melón o sandía”, lamenta. Cabe destacar que, en los supermercados, estos frutos se venden por el doble o triple de precio.
Desde uno de los campos donde almacena decenas de cajas de melones preparadas para ser vendidas, Xavier Oliva, secretario de la Cooperativa Agrícola del Prat de Llobregat, destaca que este verano “todas las condiciones han venido de cara” para tener una cosecha excelente tanto de melones como de sandías. “Hemos tenido calor y suficiente agua para tener unos frutos de la máxima calidad”, señala.

Una calidad, lamenta, que “de nuevo” no ha venido acompañada de unos precios justos. Dejando de lado los casi dos euros el kilo que se pagaron excepcionalmente el año pasado por la falta de producto derivada de la sequía, este año los precios han caído por debajo de la media de años anteriores. Así, con el mercado “lleno de producto”, este agosto se está pagando el kilo de melón por debajo de los 40 céntimos, un precio “irrisorio” que “no compensa”. Lo mismo ocurre con la sandía, que se ha llegado a pagar a 25 céntimos el kilo.
“Yo más o menos me las apaño porque tengo tienda y puedo vender mi producto a un precio justo tanto para el cliente como para mí, pero si tuviera que llevar toda la producción a Mercabarna no me saldrían los números y no me compensaría este cultivo”, señala.
Oliva explica que el problema radica en el hecho de que no se está diferenciando el producto de proximidad del resto. Esto está haciendo que productos como la sandía o el melón del Parc Agrari del Baix Llobregat, que son de una gran calidad, compitan en la “bolsa común” del producto que llega a Mercabarna que es quien marca los precios. “Si no diferenciamos, cuando entra mucho producto a Mercabarna los precios bajan y a nosotros se nos ofrece un precio que no nos vale la pena”, apunta.

El agricultor reconoce que este año ha dejado de cosechar melones y sandías porque no le era rentable y confía en que en las próximas semanas, con la entrada de menos producto en los mercados mayoristas, puedan vender a mejor precio las últimas sandías y los melones que ya han cosechado y que tienen almacenados.
A pesar de todo, Oliva deja claro que seguirán trabajando para hacer llegar sus melones y productos a los lineales de los supermercados porque cree que “hay herramientas para encontrar el equilibrio” y que todo el mundo se gane la vida. "Si no tuviéramos un producto diferencial quizás no valdría la pena, pero nuestras sandías y melones tienen un paladar diferente", afirma.