La 22a Villa Medieval cierra después de un fin de semana de gran afluencia donde la parroquia se ha transformado en un mundo de fantasía con una 20a de propuestas diferentes. Las calles y las plazas se han llenado de personajes mágicos, talleres creativos, música, mercado y espectáculos diferentes cada día, pensados para que disfruten pequeños y grandes.
La apuesta por la fantasía "ha tenido muy buena acogida por el público que ha sabido valorar el equilibrio entre las novedades y la identidad gracias al compromiso y la implicación de las entidades de la parroquia: l’Esbart Laurèdia, la Coral Rocafort, los Petits Cantaires Lauredians y la Golla Gegantera", ha destacado la cónsul menor, Sofia Cortesao. Además, este cambio de temática ha venido acompañado de una ampliación de espacios que, según Cortesao, "ha encajado muy bien con la propuesta".
La cónsul menor también ha subrayado otra de las novedades de este año, el espacio dedicado a la Escuela de Arte Laurediana, situado en el Jardín de La Morera, y que “ha ayudado a dar valor y visibilidad a los artistas locales con una muestra de artesanía y piezas creadas por sus alumnos”.
Han sido muchos los visitantes que han completado la experiencia visitando el L’ANDART. Sólo el sábado, más de 400 personas pudieron disfrutar de la Bienal de Arte de Andorra en el antiguo Hotel Pol.
Con esta voluntad de querer dar una nueva esencia a la Villa Medieval, el Comú continúa trabajando para mantener vivo el espíritu de la fiesta y, a la vez, hacerla crecer con nuevas propuestas que la consoliden como uno de los eventos culturales y lúdicos en el ámbito familiar más esperados del año.