Las imágenes de viajes a países nórdicos, playas del Caribe o ciudades icónicas llenas de luces navideñas vuelven a llenar las redes sociales cada diciembre. Pero detrás de esta fotografía optimista de las vacaciones hay una realidad menos visible: una parte importante de la sociedad andorrana no solo no viaja en Navidad, sino que trabaja más que nunca o no se lo puede permitir.
Andorra es un país eminentemente turístico, y el periodo entre Navidad y Reyes coincide con la temporada más intensa del año para sectores como la hotelería, la restauración, el comercio o el esquí. Para muchos trabajadores, estas fechas no significan descanso, sino jornadas largas, fines de semana completos y pocas opciones de conciliación. Las vacaciones, en este contexto, no son una elección, sino un privilegio.
Al mismo tiempo, existe otro perfil de residente que sí puede aprovechar estas fechas para viajar. Las agencias de viajes constatan una creciente demanda de destinos de largo recorrido y precios elevados, especialmente hacia países nórdicos o zonas de sol y playa fuera de Europa. Una tendencia que contrasta con la realidad salarial de una parte de la población, marcada por el encarecimiento del coste de la vida y las dificultades para llegar a fin de mes.
La brecha no es solo económica, sino también simbólica. Mientras unos viven la Navidad como un paréntesis de desconexión y experiencias únicas, otros la viven como un período intenso de trabajo o de contención. Esta diferencia se hace especialmente visible en un país pequeño, donde la convivencia entre modelos de vida muy diferentes es constante, y entre medias, una parte de la población que dedica estos días a hacer viajes cortos por el país para ver a la familia y reencontrarse con sus pueblos y ciudades de origen.
Estas desigualdades tienden a acentuarse en periodos festivos, cuando el relato dominante asocia la Navidad al consumo, los viajes y el ocio. En este escenario, las diferencias entre quien puede elegir marcharse y quien no tiene alternativa se hacen más evidentes que nunca.