La estación meteorológica del Roc de Sant Pere ha registrado esta semana un descenso notable de las temperaturas en Andorra y las zonas altas del Pirineo. Según datos del Servicio Meteorológico, el martes 18 de noviembre las temperaturas mostraron una anomalía positiva de +1,8 °C, pero cinco días consecutivos de frío han hecho caer los termómetros hasta su punto más gélido el viernes 21, con –8,4 °C registrados como mínimo
Este domingo, la llegada de un frente cálido por el oeste del Pirineo ha dejado un día nublado con precipitaciones débiles concentradas por la mañana, especialmente en el norte. La cota de nieve ha ido subiendo hasta los 2.100 metros, aunque en las primeras horas se produjeron algunos fenómenos de lluvia helante. Las zonas meridionales han experimentado viento moderado de componente noroeste. Las temperaturas mínimas han sido de 0 °C en Andorra la Vella, –2 °C a 1.500 metros y –5 °C en el Pas de la Casa, mientras que las máximas han llegado a los 11 °C en la capital, 9 °C a 1.500 metros y 0 °C en las alturas más altas. La isoterma de 0 °C se ha situado alrededor de los 2.400 metros al mediodía, descendiendo ligeramente hasta los 2.300 metros por la noche.
De cara al lunes, el cielo continuará cubierto, con posibles claros en el sur. El ambiente será ligeramente más suave, aunque se prevén nuevas precipitaciones por la tarde debido al paso del primer frente de una perturbación que afectará la zona a partir del martes. El viento de noroeste podría provocar ráfagas de hasta 30 km/h en los fondos de valle durante la mañana. Las temperaturas mínimas se moverán entre 3 °C en Andorra la Vella, –1 °C a 1.500 metros y –4 °C en el Pas de la Casa, mientras que las máximas se prevén en 9 °C en la capital, 7 °C a 1.500 metros y –1 °C en los puntos más elevados. La isoterma de 0 °C se mantendrá alrededor de los 2.400 metros al mediodía, descendiendo hasta 1.500 metros por la noche, anunciando un nuevo descenso térmico al comienzo de la semana
Los expertos recuerdan que las condiciones inestables requerirán precaución en las zonas de montaña, especialmente para las actividades de esquí y senderismo, ya que las alternancias de lluvia, nieve y lluvia helada pueden generar superficies resbaladizas.