Deltebre Dansa celebra sus 20 años reivindicando el entorno y la naturaleza humana

El festival involucra a unos cuarenta bailarines profesionales y vecinos en una obra comunitaria

13 de julio de 2025 a las 17:39h
Actualizado: 13 de julio de 2025 a las 20:12h

El festival Deltebre Dansa conmemora dos décadas de artes escénicas mientras reivindica el entorno y la conexión humana, dos elementos que la organización señala que los diferencia de otros certámenes. La programación de este año, con una veintena de espectáculos y talleres, reúne a más de 200 artistas de todo el mundo. "La gente tiene ganas de reconectar con las personas y la naturaleza", ha afirmado el director y fundador de Deltebre Dansa, Roberto Olivan.

El festival combina una vertiente profesional y la voluntad de escaparate para todos los públicos de las tendencias actuales de danza contemporánea. En este sentido, unos cuarenta bailarines y vecinos de Deltebre estrenarán esta noche una obra comunitaria sobre la trayectoria histórica del festival.

Con veinte años a la espalda, la organización de Deltebre Dansa saca pecho de haberse convertido en un referente internacional para el sector del arte contemporáneo. A modo de celebración, este año se ha optado por una programación que recuerda los inicios, con profesionales que han estado presentes en varias ediciones. Asimismo, también se ha dado peso al talento emergente para compartir sus creaciones. Se trata de 'Showcase Deltebre Dansa: Emerging Voices Dance', una muestra de piezas de diez minutos creadas por los participantes y preseleccionadas por la dirección del festival.

Con todo, el director y fundador del festival, Roberto Olivan, ha insistido en la posibilidad que ofrece Deltebre Dansa para reconectar, tanto con las personas como con la naturaleza. "La generosidad típica de la gente de las Tierras del Ebro, mezclado con el prestigio de la danza es lo que nos caracteriza, es fabuloso y único", ha explicado a la ACN.

 

Combinación entre público y profesionales

La interacción entre el público, los vecinos de Deltebre y los bailarines venidos de todo el mundo es una de las piezas clave del festival. La carpa principal de Deltebre acogerá este domingo por la noche el estreno de la obra comunitaria donde participan unas cuarenta personas, de entre 8 y 71 años. Una de las otras particularidades de la acción artística es la inclusividad de la propuesta, que coopera con entidades dedicadas a personas en riesgo de exclusión social y con capacidades diversas.

El proyecto, impulsado por Erick Jiménez, Thomas Guiraud y Roberto Magro, se ha gestado durante una semana y gira en torno al crecimiento que ha vivido tanto el festival como la visión de las artes escénicas en la zona. "Hay una mezcla de generaciones, de cuerpos y de diversidad que hacen un traspaso en el tiempo. La creación trata este año del paso del tiempo y la calidad de vida que han ganado estas personas", ha señalado la coordinadora de estadios de iniciación del Deltebre Dansa Rocío Gisbert.

Esta no ha sido la única propuesta que ha invitado a los vecinos a participar de forma activa en el arte; como es habitual, la finca de la Barraca de en Salvador, junto al núcleo de Deltebre, ha sido testigo de la improvisación entre arrozales. En esta ocasión, una treintena de bailarines se han dejado llevar por las sensaciones y la música mientras experimentaban con el movimiento del cuerpo. A través de una experiencia "regenerativa", se ha fusionado la danza, la cultura, la creatividad y la naturaleza en un mismo espacio.

La veintena edición del Deltebre Dansa se alargará hasta el 20 de julio, después de reunir a más de 200 artistas de 50 nacionalidades y reunir a los mejores profesores y referentes de la danza contemporánea internacional durante dos semanas.