En octubre de 2017, un médico hizo un viaje por placer a Sevilla que nunca imaginó que acabaría con una condena de prisión, tanto para él como para dos directivos de su club. Todo comenzó por el partido de la liga EBA de baloncesto entre el CB Cantaires Tortosa y el Bàsquet de Girona, un enfrentamiento donde la Federación Española de Baloncesto estableció que debía contar con un médico contratado por el equipo local.
El médico tiene la obligación de presentarse al equipo arbitral y al equipo rival, pero el sanitario estaba de viaje de ocio, lo que se lo comunicó al presidente del CB Cantaires Tortosa con el compromiso de buscar un reemplazo. El problema llegó cuando el día del partido no se presentó ningún sanitario, lo que desencadenó en una sanción económica de la FEB de 600 euros. Con el objetivo de evitar esta multa, la vicepresidenta del club tortosino comunicó los hechos al facultativo, pidiéndole que presentara algún informe o certificado alegando que padecía alguna molestia física que le impedía estar presente para justificar su incomparecencia.
La hija del médico entregó dos informes donde aseguraba que había sufrido un "cuadro de infección gastrointestinal"
Tal y como ha recogido el Diari de Tarragona, el médico llamó a su hija, quien trabaja en el Instituto Catalán de la Salud, pidiéndole el informe. Poco después, la sanitaria destinada en un centro médico de las Terres de l'Ebre incumplió cualquier tipo de normativa y el 2 de noviembre entregó dos informes diferentes. El primero era un documento oficial del ICS donde determinaba que "el paciente P.P.C. fue atendido a domicilio el pasado 22 de octubre de 2017 por cuadro de infección gastrointestinal, requiriendo reposo a domicilio hasta mejora clínica de este". Por otro lado, la facultativa dio a su padre un certificado sin fecha, pero con el sello oficial como colegiada en medicina familiar y comunitaria donde daba "fe pública o valor probatorio de este documento, certifico el estado de salud que presentó el paciente".
Aquel mismo día, el médico entregó los papeles a la vicepresidenta del club tortosino que más tarde fueron presentados como recurso de la sanción de 600 euros. Sin embargo, la Audiencia Provincial de Tarragona ha descubierto el delito de falsedad documental y después de un acuerdo con las partes, se ha condenado a los dos directivos y al médico a medio año de prisión y una multa de 900 euros. Por otro lado, la hija del médico y la responsable de crear los documentos falsificados ha sido denunciada con una multa de 450 euros, poniendo punto final al intento de liberarse de la multa que impuso la FEB.