El jueves, en el último Pleno ordinario del año, el Ayuntamiento de Solsona dio luz verde a su presupuesto más alto hasta ahora, de 12,7 millones de euros, que supone un incremento de más de 600.000 respecto al anterior y de más de 1,2 millones de euros más que el del primer año de mandato. El gobierno (ERC y ApS-CUP) lo aprobó en solitario, ya que la oposición (Junts y Treballem per Solsona) se posicionó en contra.
La alcaldesa, Judit Gisbert, desgranó los incrementos que se han programado en las diferentes áreas de la acción de gobierno, sin obviar que “el gasto estructural y, por tanto, comprometido, asciende a 9,2 millones de euros”. El aumento se traduce en una dotación más elevada para caminos del Vinyet y vía pública, parques y jardines, conservación de la red de agua, mantenimiento y conservación de escuelas, complejo deportivo y pozo de hielo, fiestas y actos culturales, programas de actividades para la tercera edad, infancia y juventud, y convenios culturales, entre otros.
Consolidación de proyectos y servicios
Desde el equipo de gobierno, también ApS-CUP defiende el presupuesto en tanto que “consolida proyectos en áreas como Cultura, Infancia, Deportes y Derechos Sociales y servicios de titularidad municipal como los funerarios, el agua y el alumbrado público”, según la portavoz, Pilar Viladrich. Por lo tanto, “es una apuesta por la conservación y consolidación de lo que ya tenemos”. “Se destinan unos 1,5 millones de euros a personas y entidades y, por tanto, es un presupuesto que se adecúa a las necesidades del municipio”, destacó.
Pero las dos formaciones de la oposición hacen una lectura diametralmente opuesta. Junts per Solsona lamenta, por segundo año, que el presupuesto no prevea ninguna partida para la definición de los usos del Camp del Serra. Su portavoz, Núria Bonet, argumentó que “el margen de endeudamiento es extraordinario” para hacerlo. Igualmente, reiteró su calificación de los presupuestos como “aburridos y poco ambiciosos”.
El grupo de Elis Colell critica que no haya “partidas importantes, inversiones relevantes” para poner en marcha nuevos proyectos, “ni soluciones reales para la problemática de la vivienda”. De ahí que hable de un proyecto de ciudad para este mandato que conducirá al “estancamiento”.
Una visión muy alineada a esta manifestó Treballem per Solsona. Su portavoz, Marc Barbens, se refirió al “día de la marmota” para cargar contra una propuesta de inversiones muy similar a la del año pasado. Además, alertó que la de la nueva deixalleria, de 930.000 euros, requiere una aportación con recursos propios de 350.000 euros.
Barbens, al igual que Bonet, también tildó las inversiones de “poco ambiciosas” y destacó que hay ayuntamientos de la comarca con presupuestos diez veces inferiores con inversiones mucho más importantes que Solsona. En este sentido, instó al ejecutivo a buscar subvenciones extraordinarias. “Como capital de comarca, no vemos ninguna inversión transformadora, innovadora y que aporte valor añadido”, remachó.
La alcaldesa recordó que en 2026 aumentan todas las partidas con margen para hacerlo y reprochó tanto a Junts como a Treballem que no hayan hecho “ninguna aportación” al presupuesto, a pesar de que se les haya tendido la mano. “La responsabilidad ante la ciudad la tenemos todos, los que gobernamos y los que no”.
108 plazas de personal
Junto con el presupuesto, el jueves también se aprobó la plantilla de personal para 2026. En el bloque del personal funcionario, hay 22 plazas, diez de las cuales son vacantes –se ha creado un puesto nuevo de técnica de administración general (TAG) de Intervención y se prevé convocar tres plazas de agente de la Policía Local. Más numeroso es el bloque de personal laboral, de 86 plazas, 15 de las cuales no están ocupadas –también se crea una plaza nueva de administrativo/a de Secretaría e Intervención y otra de oficial de brigada. Por otro lado, se ha amortizado un puesto de profesor de la Escuela de Música.
