El Ayuntamiento de Manresa ha iniciado esta semana el derribo de tres edificios situados en la calle Barreres y en la calle del Pou. Dos de ellos forman parte del Plan de Mejora Urbana (PMU) Barreres. La actuación se ha puesto en marcha a raíz de una inspección técnica que detectó graves deficiencias estructurales en uno de los inmuebles, el número 27, ocupado hasta hace poco.
Las personas que residían fueron desalojadas con carácter urgente y realojadas provisionalmente en el albergue municipal. La intervención incluye también las dos fincas anexas, en muy mal estado. Una vez realizado el derribo, que durará un mes, se quiere destinar a vivienda asequible. El solar ya se ha presentado dentro del Plan 50.000 Viviendas de la Generalitat.
La operación se enmarca en la voluntad municipal de avanzar en la transformación urbanística del sector e impulsar la reordenación del espacio. Según ha detallado el alcalde, Marc Aloy, dos de las fincas afectadas son de titularidad municipal, mientras que la tercera es privada. En este último caso, el Ayuntamiento actúa de manera subsidiaria para garantizar la seguridad vecinal, dado que la propiedad se encuentra en situación de herencia yacente y le era inviable intervenir de forma inminente. “Es una actuación imprescindible para garantizar la seguridad de las personas, y un paso adelante en la regeneración de nuestro centro histórico”, ha remarcado Aloy.
El edificio de la calle Barreres 27, de 1898, presentaba un estado de conservación muy precario, con numerosas patologías que afectaban a toda la estructura. Ya hacía años que se había detectado una problemática estructural grave, hecho que obligó a instalar un apuntalamiento metálico exterior para estabilizarlo, conectándolo con el edificio del número 25. La inspección técnica reciente ha certificado el agotamiento total de los elementos estructurales fundamentales, sin posibilidad de reparación mediante técnicas normales, lo cual suponía un "riesgo inminente" para los vecinos, para los edificios adyacentes y para la vía pública. El informe técnico y jurídico municipal ha declarado la finca en situación de ruina inminente, aplicando la legislación urbanística vigente que permite la contratación de emergencia en casos de grave peligro. La actuación incluye el derribo de los tres inmuebles; el tratamiento de las medianeras resultantes; y el cierre perimetral con puerta de acceso.
Las obras, que ya han comenzado esta semana y tendrán una duración aproximada de un mes, forman parte del proceso de reordenación integral del PMU Barreres, con el cual el Ayuntamiento ha ido adquiriendo y derribando fincas para crear nuevos espacios públicos y vivienda, siguiendo el modelo aplicado al otro lado de la calle, donde hoy se encuentra el Abacus y otros edificios en los Quatre Cantons. En fases anteriores, este plan ya ha permitido generar un espacio cívico provisional de 972 m², con bancos y pavimento blando, reutilizando vigas de madera procedentes de demoliciones. También se han preservado elementos patrimoniales como cinco pozos tapados y pintados, tinas ajardinadas y la plantación de tres almezos que aportan sombra y verde a la zona.
El alcalde Marc Aloy ha subrayado que “con el derribo actual, el Ayuntamiento está más cerca de desarrollar este sector, que prevé nuevas viviendas y nuevos espacios públicos para dinamizar el barrio y hacerlo más vivo”. En este sentido, el Ayuntamiento ha presentado precisamente este solar a la Generalitat dentro del Plan 50.000 Viviendas, con el objetivo de que pueda acoger una promoción de vivienda asequible en el marco de la reserva pública impulsada por el Gobierno. Se trata de una actuación que, por su dimensión, el Ayuntamiento no puede asumir en solitario, y que, por tanto, requiere la colaboración y el apoyo de la Generalitat. Desde principios de mandato el Ayuntamiento está impulsando proyectos para poner a disposición de la ciudadanía un total de 120 pisos de protección oficial durante este mandato.