Un trabajador de Carrefour, con más de 30 años de antigüedad en la empresa, fue despedido tras un error en la compra de productos para celebrar su aniversario, pero el Tribunal Superior de Galicia ha considerado que el despido era improcedente.
El caso fue llevado a la justicia después de que el empleado pagara solo una parte de la factura de los productos y completara el pago más de diez días después. La empresa consideró que esta acción constituía una infracción grave de la buena fe contractual, pero el TSJ determinó que no había intención de defraudar.
El incidente ocurrió durante la jornada laboral, cuando el trabajador compró productos de bollería para repartir entre sus compañeros, pero solo pagó 58 euros de los 200 euros totales. Carrefour defendió el despido basándose en el hecho de que el empleado hizo un uso inapropiado de los recursos de la empresa y no utilizó el descuento que le correspondía como trabajador. No obstante, el trabajador argumentó que se trataba de un error involuntario y pagó la deuda pendiente inmediatamente después de ser informado.
El Juzgado de lo Social de Vigo dictó que el despido no estaba justificado, ya que no se demostró que el trabajador tuviera una voluntad dolosa. El magistrado consideró que la actuación no era lo suficientemente grave como para justificar la rescisión del contrato laboral, e instó a Carrefour a readmitirlo o a pagar una indemnización. Esta indemnización fue fijada en 105.716,09 euros, además de los salarios de tramitación.
Finalmente, el TSJ ha confirmado esta decisión y ha considerado que la medida del despido era desproporcionada. Además, el tribunal destacó que no se había acreditado ningún daño a la empresa ni reincidencia en el comportamiento del empleado. Así, la sentencia mantiene la indemnización establecida por el Juzgado de Vigo, concluyendo que el despido fue improcedente.
