La Castañada sigue siendo una de las tradiciones más queridas de Cataluña, y los panellets son su símbolo más dulce. Este año, el Gremio de Pastelería de Barcelona prevé una buena campaña, con ventas que podrían ser similares o ligeramente superiores a las del año pasado. El motivo, explican, es que la fiesta cae en viernes 31 de octubre, hecho que alargará los encargos durante todo el fin de semana.
A pesar de este buen pronóstico, las pastelerías alertan de un ligero encarecimiento de los panellets, que este 2025 serán entre un 3% y un 6% más caros. El aumento se debe sobre todo a la subida del precio del piñón y de la almendra, las dos materias primas esenciales para la elaboración tradicional, y también al encarecimiento de los costes de producción. Según el gremio, el precio medio de 100 gramos de panellets oscilará entre los 6 y los 7 euros, y una familia de cuatro o cinco personas puede gastarse unos 25 euros en este postre típico.
El presidente del Gremio de Pastelería de Barcelona, Miquel Zaguirre, destaca que la Castañada se mantiene “firmemente arraigada” a pesar de la creciente popularidad de Halloween. “Hay una celebración que está tirando mucho como es Halloween, pero hemos comprobado que no es competencia, sino una fiesta que se añade a nuestra tradición”, asegura. “Muchas familias celebran Halloween, y al mismo tiempo, con la familia, celebran la Castañada y comen panellets”, añade Zaguirre.
El gremio calcula que la mitad de los panellets vendidos serán de piñón, el gran clásico y “rey indiscutible” de las bandejas. A pesar de ello, los de coco, almendra o chocolate mantienen una demanda muy alta, junto con otras especialidades como los huesos de santo. Detrás de este éxito también está la creatividad de los pasteleros, que cada año introducen novedades inspiradas en Halloween. “A los pasteleros nos gusta innovar dentro de la tradición. Ahora es fácil encontrar panellets con formas de calabaza o de fantasma, y esto gusta mucho a los más jóvenes”, comenta Zaguirre.
A pesar de las buenas perspectivas, el presidente del gremio reconoce que el contexto económico actual supone un reto. “Tanto el piñón como la almendra han sufrido un incremento importante de precio. Si le sumamos el encarecimiento de la luz, el transporte y otros costes, es inevitable que el producto final sea un poco más caro”, explica. Aun así, asegura que los clientes siguen fieles a la tradición: “El panellet es un producto muy nuestro, y la gente lo valora, aunque tenga que asumir una pequeña subida de precio”.
Así pues, el Gremio de Pastelería de Barcelona espera una Castañada optimista, con buenas ventas y establecimientos llenos durante todo el fin de semana. Y aunque los fantasmas y las calabazas sigan ganando espacio en las calles, los panellets de piñón siguen siendo, un año más, los auténticos protagonistas de la fiesta.
