Metges de Catalunya (MC) ha vuelto a situar el malestar del colectivo facultativo en el centro del debate sanitario con una nueva convocatoria de huelga que se alargará en dos fases: La primera será a las puertas de Navidad, entre el 9 y 10 de diciembre; mientras que la segunda será una vez pasadas las fiestas, el 14 y 15 de enero.
La decisión llega después de meses sin avances y con la voluntad explícita del sindicato —que agrupa cerca de 13.000 afiliados— de mantener la presión hasta que Salud asuma su reclamación principal: la creación de un marco de negociación propio para el personal médico.
El sindicato recuerda que ya el 3 de octubre paralizó parte del sistema en una protesta que reunió a más de 2.000 facultativos ante la conselleria. Aquel día, los responsables de Salud se comprometieron a estudiar las demandas, pero MC denuncia que no ha recibido ninguna respuesta formal ni ha sido convocado a ninguna reunión con la consellera Olga Pané o el director del CatSalut, Alfredo García.
Para la organización, la actual situación del sistema no permite continuar aplazando decisiones. Alertan de que la sobrecarga asistencial, las plantillas insuficientes y el agotamiento profesional amenazan la calidad del servicio, y remarcan que la jornada médica —tanto en turnos ordinarios como en guardias de 24 horas— necesita una reforma profunda que haga compatible el ejercicio de la profesión con la vida personal. MC reclama un modelo que no dependa “de un sobreesfuerzo permanente” y defiende que el país debe establecer ahora las bases de la sanidad pública de una “Cataluña de 10 millones”.
Movilización coordinada a escala estatal
La huelga tendrá también eco fuera de Cataluña. La Agrupación por un Estatuto Médico y Facultativo (APEMYF), que agrupa a 16 organizaciones profesionales, se ha alineado con la convocatoria e impulsará **acciones de protesta en todo el Estado**. El motivo es **la reforma del Estatuto Marco que prepara el Ministerio de Sanidad**, un texto que las organizaciones médicas rechazan porque lo consideran insuficiente y alejado de las necesidades reales del colectivo.
Con esta estrategia combinada, MC pretende hacer visible que el malestar del personal médico es estructural y que no se apaciguará hasta que haya compromisos tangibles por parte de las administraciones.
