En un clima político marcado por la inquietud y la indignación de parte de la ciudadanía a raíz de algunas decisiones recientes, el presidente de la Generalitat y primer secretario del PSC, Salvador Illa, ha hecho este sábado una defensa explícita de la confianza en las instituciones y en la verdad. Lo ha hecho durante el acto que el partido ha organizado para conmemorar los 25 años del asesinato de Ernest Lluch, donde ha reivindicado su legado como un faro moral para la política catalana.
Ante un auditorio lleno, Illa ha definido a Lluch como un “referente moral que trasciende ideologías y siglas” y ha situado su legado en tres pilares: “esperanza, confianza y socialismo”. El presidente ha subrayado que estos valores son especialmente necesarios en un momento en que, según ha admitido, “hay mucha gente desconcertada e indignada con ciertas decisiones”. Por ello, ha pedido apelar a la serenidad y a la confianza colectiva: “Confianza siempre en la verdad, que siempre acaba triunfando ante una impunidad que no tiene futuro”.
Un legado de diálogo frente a un clima de división
Illa ha aprovechado la conmemoración para reivindicar el papel de Lluch como constructor de puentes y ejemplo de convivencia. Ha recordado su habilidad para “unir gente diversa en torno a convicciones compartidas” y ha alertado de que es una virtud más necesaria que nunca ante un mundo que percibe “más dividido y enfrentado que nunca, con discursos de odio en el día a día”.
Por eso, ha insistido en que “las instituciones están por encima de todo y deben ser lo último en poner en riesgo”, y ha reclamado preservar la confianza en los votantes: “Porque el poder de la política es el de los ciudadanos, y no el de las influencias o de algunas empresas tecnológicas”.
Montilla alerta del avance de la extrema derecha
El acto también ha contado con la intervención del expresidente José Montilla, que ha advertido que los retos actuales de la democracia serían “inimaginables” para Lluch hace 25 años. Entre estos, ha destacado la “ventada de la extrema derecha”, que considera uno de los principales peligros actuales.
Según Montilla, Lluch reaccionaría hoy con los mismos instrumentos que defendía en vida: “diálogo, negociación y pacto”. El expresidente ha acusado a la extrema derecha de alimentarse de “el miedo y la desconfianza hacia la política” y ha advertido que a menudo se llena la boca defendiendo a la ciudadanía “sin explicar cómo resolverían los problemas”.
Ante esta situación, ha hecho un llamamiento a derrotarlos democráticamente: “vencer en las elecciones con argumentos contra los titulares fáciles”.
La emoción de Eulàlia Lluch y un recuerdo que aún pesa
El acto ha tenido uno de los momentos más impactantes con la intervención de Eulàlia Lluch, una de las hijas del exministro, que ha agradecido la estima recibida durante estos 25 años, pero también ha hecho una petición directa y emocional al partido. Visiblemente afectada, ha pedido: “No pongan más las imágenes, por favor, son durísimas y preferiría no verlas más porque no parece él”.
Con esta frase se refería al vídeo del mitin de San Sebastián de 1999, cuando Lluch pronunció su conocida llamada: “¡Gritad, que mientras gritáis, no matáis!”, poco tiempo antes de ser asesinado.
La conmemoración ha incorporado también una mesa redonda con figuras políticas y académicas que han profundizado en las múltiples facetas de Ernest Lluch, desde su trayectoria intelectual hasta su pasión por el Barça.