Los aeropuertos pueden ser entornos altamente estresantes para las personas con trastorno del espectro autista (TEA), debido al ruido, las aglomeraciones, los olores o las interacciones con el personal de seguridad. Ante esta realidad, expertos de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y la Universitat Rovira i Virgili (URV) han elaborado un conjunto de recomendaciones para hacer estas infraestructuras más inclusivas y accesibles.
Según la investigación, elementos habituales como las colas, los anuncios por megafonía, los olores intensos de los ‘duty free’ o los controles de seguridad pueden provocar una sobrecarga sensorial que afecta a las funciones ejecutivas de las personas autistas y puede agotarlas durante horas o días.
Formación, información accesible y espacios de calma
El estudio propone formar específicamente al personal aeroportuario, ofrecer información clara y visual sobre los procesos y crear espacios tranquilos para la regulación sensorial. También recomienda introducir más flexibilidad en el trato con los pasajeros, por ejemplo, permitiendo escoger si embarcar antes o al final del proceso, u optar por distintivos discretos en la tarjeta de embarque en lugar de símbolos visibles como collares o pulseras.
Los investigadores han analizado la experiencia de viaje de 300 personas para identificar los principales factores de estrés. Los participantes han coincidido en la importancia de personalizar las medidas y adaptarlas a cada individuo y situación concreta.
Cambios inmediatos y a largo plazo
Entre las propuestas de implementación inmediata, el estudio sugiere instalar zonas de descanso, sustituir los secadores de manos ruidosos por toallitas de papel, regular la intensidad de la luz y mejorar la señalización con pictogramas o códigos de colores.
De cara al futuro, los expertos plantean utilizar iluminación natural y materiales no reflectantes, ofrecer formación continua al personal e incorporar tecnologías avanzadas, como los nuevos escáneres que permiten revisar equipajes sin sacar líquidos ni dispositivos electrónicos.
Después de esta primera fase de recogida de datos, la UOC y la URV elaborarán un informe de recomendaciones dirigido a compañías aéreas, gestores aeroportuarios y otros actores del sector, con propuestas concretas clasificadas según su viabilidad e impacto.
El objetivo final, explican los investigadores, es garantizar una experiencia de viaje más segura, accesible y respetuosa con la diversidad neurológica, y hacer que volar deje de ser una fuente de angustia para muchas personas autistas y sus familias.