El precio del combustible está en máximos históricos y la gasolina ya ha superado la barrera de los 2 euros, lo que muchos consideran una tarifa desorbitada que encarece mucho llenar el depósito del vehículo.
El combustible se paga a precio de oro y los ladrones han encontrado una nueva manera de no tener que pagar los 2 euros por litro: robar la gasolina de los coches aparcados en la calle. Especialmente, en aquellas zonas sin vigilancia o muy alejadas del núcleo urbano. El modus operandi no es complicado si se tienen las herramientas necesarias. Lo pueden hacer con una bomba de extracción manual, una manguera y una garrafa donde almacenar la gasolina robada.
Obviamente, los ladrones ponen en su punto de mira coches de lujo. Cuanto más lo sean mejor porque estos tienen un depósito más grande y, por lo tanto, más gasolina para llevarse. Pero ¿después qué hacen con el combustible robado? Todo apunta a que se revende a un precio mucho más bajo que en una gasolinera porque así habrá más demanda.