Cataluña concentra las dos ciudades más caras del Estado para hacer la compra en el supermercado: Cerdanyola del Vallès y Castelldefels. Así lo concluye el último estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios, que analiza los precios de los establecimientos de alimentación en todo España.
El Área Metropolitana de Barcelona junto con otros municipios próximos a Madrid, como Pozuelo de Alarcón y Majadahonda se encuentran en la parte alta del ranking de ciudades más caras. En cambio, las localidades andaluzas y valencianas presentan los precios más bajos. Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz, y Torrent, en Valencia, lideran este grupo, donde también figuran Utrera, Linares, Gandia y Paterna.
El hipermercado Alcampo del centro comercial Bonaire (Valencia) y de Coia (Vigo) son los más económicos a escala estatal, hecho que sitúa la marca francesa como la cadena más barata a escala nacional. Solo la supera la cadena Dani, presente exclusivamente en Granada, Jaén y Córdoba. En el otro extremo, los supermercados Sánchez Romero de Arturo Soria y del Paseo de la Castellana (Madrid) aparecen como los más caros, con diferencias de hasta el doble en algunos productos respecto a los establecimientos más asequibles.
En cuanto a la evolución de los precios, la OCU destaca que muchas cadenas han subido tarifas por encima de la inflación. Las mayores subidas corresponden a Hipercor (7%), Lidl (6,8%) y Supercor (6,1%), mientras que Aldi (5%) y Mercadona (4%) también superan la tasa general. En cambio, Alcampo, Carrefour, Eroski y Gadis son las cadenas que menos han encarecido la cesta, con incrementos que oscilan entre el 0,5% y el 1%.
La OCU calcula que el incremento medio anual de los productos analizados ha sido del 2,5%, una tasa inferior a la de los dos últimos años, fuertemente marcados por la inflación a raíz de la guerra en Ucrania. Sin embargo, las variaciones son desiguales: mientras los alimentos envasados solo han subido un 0,8%, los frescos se han encarecido hasta un 6,7%.