El peligro de la Cataluña de los 10 millones

Artículo de opinión de Jaume Casañas,

Jaume Casañas (1)
Jaume Casañas
18 de diciembre de 2025 a las 10:07h

Se habla mucho del crecimiento demográfico, de que si pronto llegaremos a la Cataluña de los 10 millones, cuando hace poco más de dos generaciones llegábamos a los 6 millones.

Personalmente, creo que Catalunya pasa por un momento social e histórico delicado. El crecimiento demográfico desborda la metrópoli con las infraestructuras colapsadas, los servicios públicos saturados, pero al mismo tiempo vacía Catalunya. 

En resumen, distorsiona el país y pone en peligro no solo la nación como concepto sino la nación como esencia colectiva. No es alarmismo, es la realidad tal como nos dicen los datos.

¿Realmente Catalunya alcanza los 10 millones de habitantes? La respuesta hay que encontrarla en los datos relativos, y no absolutos, del crecimiento demográfico y de la distribución de la población. Estos datos dibujan dos Catalunyas, y este es el peligro de la nación, y aquí es donde debemos poner los esfuerzos, para que Catalunya, lo que entendemos por Catalunya sea solo una, y no dos.

¿Cataluña crece? No, crece la zona urbana alrededor de Barcelona, ahora lo veremos.

Los datos del Pirineo son escalofriantes, en las comarcas del Pirineo que representan el 30% del territorio viven el 2,75% de la población del país. Si cogemos estrictamente la Veguería del Alt Pirineu-Aran, una Veguería que representa el 18% del territorio del país no vive ni un 1% de la población de Cataluña.

Los datos de las dos Veguerías centrales, las de Ponent y la Cataluña Central, son también alarmantes. Estas Veguerías representan un 33% del territorio y solo vive en ellas el 10% de la población. En las comarcas por donde pasa el eje transversal, vive solamente el 12% de la población del país.

Estos datos contrastan y mucho con la realidad metropolitana.

Si tomamos los datos de las Veguerías Metropolitanas y del Penedès los resultados son exagerados, en un 13% del territorio vive el 70% de la población. La presión metropolitana que está sufriendo el Penedès es incansable, imparable. Si añadimos el continuo de estas dos Veguerías con la Veguería del Camp de Tarragona el resultado sería que un 77% de la población vive en un 21% del territorio.

Pero si quisiéramos entrar en detalle, y contáramos solo los municipios litorales de las Veguerías Metropolitanas y del Penedès, nos encontramos que el 50% de la población de Cataluña vive en un 4,7% del territorio.

Este conjunto de datos debería hacernos reflexionar, y mucho. En primer lugar, al Govern de la Generalitat que hace muchos años, y muchas legislaturas, ha renunciado a afrontar los debates demográficos y territoriales, dejando el país a la inercia. Una inercia que pone en peligro los pilares más básicos de la nación, la identidad colectiva y territorial de los catalanes y catalanas.

Hablar de la Cataluña de los 10 millones con estos datos debería ponernos en alerta. ¿Por qué? Porque el crecimiento demográfico de los últimos 20 años, el paso de los 6 a los 8 millones de catalanes no se ha hecho reequilibrando ni cohesionando el país, sino al contrario. La concentración desde y hacia Barcelona y su metrópoli, y el conjunto de municipios litorales está desfigurando el país y la nación. 

Tal como se está dibujando la tendencia demográfica, la Cataluña de los 10 millones en realidad es la Barcelona de los 9 millones.

El crecimiento demográfico de la Barcelona metropolitana pone en peligro el futuro de Cataluña. Quizás a algunos ya les va bien, pero a los que defendemos que Cataluña es una nación y Barcelona su capital, nos debería poner en alerta, y al mismo tiempo, activar un trabajo colectivo para evitar el fin de Cataluña tal como se ha entendido en los últimos mil años.

 

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