Siempre he manifestado que Lleida es una capital deportiva. Lo es sobre todo por el tejido deportivo que forman los clubes, las entidades y, especialmente, las personas que forman parte de ellos. Esta pasión, arraigada a los valores del esfuerzo, la constancia y el respeto, se vive cada día en las calles, en los pabellones, en los campos y en las pistas de toda la ciudad.
Y este año, Lleida tiene un motivo muy especial para celebrar este carácter deportivo: el centenario de la Sección Deportiva AEM Lleida (1925–2025). El club de fútbol más antiguo de la ciudad, y el primero que celebra 100 años de historia. No es solo una efeméride; es un homenaje a una trayectoria de compromiso, superación y firmeza por el deporte.
Desde su fundación, la SE AEM ha sabido mantenerse fiel a una manera de entender el fútbol que va mucho más allá del resultado en el marcador. Una filosofía que queda muy bien reflejada en la letra de su himno: “AEM eres tú, AEM soy yo”, una declaración de identidad colectiva que hermana a jugadores, jugadoras, familias, aficionados y técnicos. La pasión y el compromiso se llevan dentro, como dice también el mismo himno: “blanco y azul llevamos en el corazón, con orgullo y pasión”. Y todo ello, siempre desde el respeto, un valor esencial en el deporte y en la vida, que el club hace suyo al cantar “respetamos siempre al rival, defendiendo nuestros colores con nobleza en el deporte”.
Estas no son solo palabras bonitas. Son, día tras día, la manera de hacer de un club centenario. Porque un club no llega a los 100 años por casualidad. Se llega trabajando de manera constante, con esfuerzo silencioso y dedicación desinteresada. Con cientos de voluntarios, entrenadores, directivas, familias y deportistas que han contribuido a hacer crecer el AEM desde la base.
El AEM se ha convertido, con todo merecimiento, en uno de los clubes de referencia del deporte leridano. Y en especial, un auténtico referente del fútbol femenino, no solo en Lleida sino en toda España. Este liderazgo se hace patente este año con una cifra récord de más de 700 jugadores, y con otro hecho muy significativo: es el club con más licencias femeninas de toda Cataluña.
La imagen del club también ha sabido renovarse sin perder las raíces. En esta temporada tan especial, los equipos visten una camiseta conmemorativa del centenario, donde destaca la silueta de la Seu Vella, símbolo por excelencia de nuestra ciudad. Una manera de llevar Lleida en el corazón, también en el sentido más literal.
Tampoco podemos olvidar el estadio Municipal Recasens, sede oficial del AEM, donde cada fin de semana se respira fútbol de verdad. Un espacio donde los valores que proclama el himno cobran vida. Donde los pequeños aprenden a jugar y a convivir, donde los padres y madres aplauden y animan, y donde las victorias se celebran pero, sobre todo, donde las derrotas también educan. Así se construyen los clubes con alma. Así se construye un club centenario.
Desde el primer día, el club ha sabido adaptarse a los cambios del tiempo, manteniéndose fiel a sus principios. Ha combinado la competitividad con la formación, y el rigor deportivo con el acompañamiento humano. Y esto ha sido posible porque detrás hay un proyecto sólido, coherente y arraigado a la ciudad.
Solo puedo expresar un profundo agradecimiento a todas las personas que, a lo largo de estos 100 años, han hecho posible la historia del AEM. Desde los fundadores de aquel lejano 1925 hasta las nuevas generaciones que hoy visten la camiseta con orgullo. Y también a los técnicos, coordinadores, miembros de la junta, socios, patrocinadores y colaboradores que, a menudo en un segundo plano, han sostenido e impulsado este proyecto de ciudad.
También quiero recordar los compromisos del gobierno municipal cuando se comprometió a invertir y mejorar las instalaciones del Recasens. El Club sigue esperando y el centenario termina. ¡Estaremos vigilantes!
Lleida es deporte. Lleida es compromiso. Lleida es superación. Y el AEM es un claro exponente. Por muchos años más de pasión blanquiazul, por muchos años más de educación a través del deporte, y por muchos años más llevando con orgullo el nombre de Lleida por todas partes.