OPINIÓN | Decimos no al Hub Cívico de Balàfia

Artículo de opinión de Xavier Palau, jefe de la Oposición en la Paeria de Lleida

xavier palau pp lleida
Xavier Palau
28 de diciembre de 2025 a las 12:25h

Al gobierno, lo que parece que le falta, últimamente, es claridad. Por eso hoy quiero hablar claro de lo que el Ayuntamiento llama, con un nombre muy moderno y muy anglosajón, el Hub Cívico de la Antigua Escuela de Balàfia. Porque detrás de este nombre tan político hay una realidad que el gobierno socialista no explica con la misma claridad con la que debería explicarla: este proyecto incluye un albergue. Y sí, aunque digan que “solo” es una parte del proyecto, está ahí. Y eso, a los vecinos, se les debe decir tal como es, sin trampas ni eufemismos.

Hablemos claro del lenguaje. Cuando una administración empieza a jugar con palabras bonitas, con lenguaje técnico y con anglicismos, normalmente no es por casualidad. Es para suavizar, para diluir, para evitar decir las cosas por su nombre. Pero la ciudadanía no es estúpida. Balàfia no es estúpida. Si el proyecto incluye un albergue social, que lo digan claramente. Esconderlo bajo el paraguas de un “hub” no es transparencia; es justo lo contrario.

Hablemos claro de la participación. Balàfia es un barrio de casi dieciséis mil vecinos. Dieciséis mil. No se puede decir, con toda la cara del mundo, que ha habido una participación real porque se han hecho algunos talleres o reuniones reducidas y luego vender eso como “la voz del barrio”. Eso no es escuchar un barrio; eso es seleccionar interlocutores cómodos y luego ponerlos de coartada.

Cuando se hace un equipamiento nuevo —y todo el mundo sabe que esto pasa muy pocas veces— es fundamental escuchar al máximo número de vecinos posible. No solo a los que piensan igual que tú, no solo a los que no levantarán la voz. Escuchar de verdad significa asumir que habrá preguntas incómodas, opiniones diversas y desacuerdos. Y esto, por lo visto, incomoda.

Hablemos claro de la manera de hacer. La sensación que tienen muchos vecinos es que se ha querido convencer más que escuchar. Que el proyecto ya estaba decidido y que el proceso participativo era, en el mejor de los casos, un trámite. En talleres pequeños es más fácil vender una idea; en grupos grandes, la gente pregunta, contrasta y opina. Y eso da la impresión, muy extendida en el barrio, de que se ha intentado colar un gol por la escuadra

Hablemos claro del fondo de la cuestión. La pregunta clave es muy sencilla: ¿quién vivirá en el albergue? Si se hace un albergue es porque hay una demanda. Y si hay una demanda, hay perfiles. Por lo tanto, se puede explicar. ¿Habrá menores no acompañados? ¿Habrá personas en situación administrativa irregular? ¿Habrá personas con adicciones o dependencias? ¿Habrá personas con antecedentes penales? Hacer estas preguntas no es criminalizar a nadie. Es informar a los vecinos. E informar es una obligación básica de cualquier gobierno que se diga democrático.

Hablemos claro de la por y de la transparencia. La transparencia no genera miedo. Lo que genera miedo es la opacidad, el silencio y la sensación de que las cosas se quieren hacer a escondidas o sin explicarlas bien. Cuando no se explican los detalles, cuando se menosprecian las preocupaciones legítimas de los vecinos, lo que se hace es alimentar rumores y desconfianza. Y eso sí que es irresponsable.

Hablemos claro sobre el respeto. Todo esto va de respeto a Balàfia y a sus vecinos. De respeto a un barrio trabajador, comprometido y que ya ha asumido muchos retos a lo largo de los años. No estamos diciendo no a todo. No estamos diciendo que no a la inclusión social. Lo que estamos exigiendo es que las cosas se hagan bien: con información clara, con participación real y sin imposiciones. Cualquier proyecto se debe hacer con consenso, escuchando a todos, atendiendo las necesidades reales del barrio.

Hablemos claro, en definitiva. Balàfia merece la verdad. Merece que se le expliquen los proyectos sin maquillaje, sin juegos de palabras y sin prisas. Merece ser escuchada de verdad, no solo utilizada como escenario de un relato político. Y esto, guste o no al gobierno socialista, es una línea roja que no pensamos dejar pasar.

Quiero que los vecinos opinen, decidan y no se les imponga nada ni en Balàfia ni en ningún otro barrio de Lleida, porque alternativas las hay. Hub cívico, sí; albergues encubiertos y servicios mezclados, no.

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