Hoy hace exactamente 35 años que el Consorcio de Aguas de Tarragona, el CAT, suministra agua a municipios e industrias de la demarcación de Tarragona.
Un hito destacado en la historia reciente de nuestro territorio que supuso un antes y un después en su desarrollo económico y social.
El propósito del Consorcio era ofrecer una solución a la grave sequía que sufría El Camp de Tarragona hacia los años 80.
Una solución que, en paralelo, benefició al Delta del Ebro, donde se impulsaron importantes obras de construcción de unas infraestructuras de riego eficientes, modernas y pioneras.
El actual episodio de sequía ha puesto de manifiesto que aquel propósito original del CAT pervive y ha probado que es un organismo responsable, con un sistema altamente efectivo, y que garantiza el óptimo desarrollo de los diferentes núcleos y actividades que operan en nuestro territorio.
De norte a sur y de este a oeste, a favor del equilibrio territorial.
Si algo he aprendido durante los más de dos años que hace que presido este ente, es que el agua era, es y debe ser un elemento de debate, que interpela inexcusablemente el sentimiento de pertenencia de los pueblos.
Es por ello que, en estas tres décadas de historia, hemos trabajado para modernizar y perfeccionar nuestra infraestructura con el objetivo de ofrecer una gestión eficiente, sostenible y responsable del agua.
Tant és així que el nostre sistema de canonades, que supera els 400 quilòmetres d’extensió, compta amb una taxa d’eficiència hidràulica del 99,3%, el qual significa que pràcticament tota l’aigua potabilitzada arriba al seu destí final.
Quiero aprovechar este día señalado para agradecer la implicación durante todo este tiempo de los 69 municipios y las 26 industrias que forman parte de nuestra familia..
El seu compromís ambiental i la capacitat per gestionar de manera eficient els recursos hídrics han estat essencials per superar aquests desafiaments i assegurar que l’aigua continuï arribant a totes les cases i sectors productius.
Quelcom que hem assolit sense perjudicar la feble salut del riu, i barrant el pas a la interconnexió de xarxes, que no és una bona solució ni per al riu, ni per al Delta, ni per a la seua gent.
En aquesta línia, vull agrair la coherència del Govern de la Generalitat en la defensa del riu Ebre, del nostre riu.
De hecho, el respeto al entorno y el progreso no es inseparable..
El Delta de l’Ebre, amb les seves comunitats de regants, és un exemple clar de com l’aigua sosté la nostra agricultura y biodiversidad.
El equilibrio entre la actividad industrial, turística y agraria es esencial para garantizar un desarrollo sostenible.
Sin políticas respetuosas con los recursos naturales, no hay progreso posible.
Este 29 de julio conmemoramos 35 años de servicio del CAT en el territorio.
Una fecha para hacer memoria, pero sobre todo por reflexionar sobre el futuro que deseamos.
Una parada en el temps, que sempre és una oportunitat per corregir errors, revisar acords i actualitzar pactes.
Una oportunitat per reconstruir aliances i confiances.
Tenim el deure de continuar escoltant a tothom, també a les veus crítiques, i en particular a tota la gent de les Terres de l’Ebre, per seguir el batec de la societat i intentar comprendre aquells que dubten d’aquesta infraestructura d’Estat malgrat les evidències.
En el CAT miramos hacia el futuro con esperanza y determinación.
Estoy seguro de que, con el mismo espíritu de colaboración y compromiso que nos ha traído hasta aquí, seguiremos superando los retos y garantizando un futuro sostenible para Les Terres de l’Ebre y El Camp de Tarragona.
