Un hombre ha perdido sus dos piernas después de desplazarse al hospital por un mal que él creía que era un simple resfriado. Los hechos sucedieron el pasado mes de marzo y ahora, después de tres meses ingresado, ha recibido el alta y tendrá que acostumbrarse a su nueva vida.
Todo empezó el pasado mes de marzo cuando Mathew, de 34 años, empezó a encontrarse mal. El hombre tenía un poco de fiebre y tomó un paracetamol para ver si mejoraba, pero su situación fue empeorando hasta el punto que se quedó medio aturdido, motivo por el cual su mujer llamó a Emergencias.
Una ambulancia trasladó al hombre al Aberdeen Royal Infirmary Hospital de Escocia y le dieron su diagnóstico: estaba grave con un cuadro de sepsis, estreptococo A y neumonía en un pulmón.
Según los médicos, en aquel momento sus órganos ya habían empezado a fallar y tuvieron que inducirle un coma para salvarle la vida. Dos semanas después, Mathew se despertó. Lamentablemente, los médicos le dijeron que aunque se había podido recuperar, sus pies ya no le respondían a causa de las complicaciones que había sufrido y que tenían que amputarle.
Mathew "no entendía realmente qué estaba pasando, porque aún no había visto mis pies. Simplemente acepté lo que me decían. Cuando vi que mis pies se habían vuelto completamente grises me quedé en shock. Entonces me desesperé para que me los amputaran rápidamente".
El pasado miércoles, después de tres meses, Mathew recibió el alta y tendrá que empezar una nueva vida con nuevas dinámicas y rutinas. Además, tendrá que estar pendiente de su corazón, ya que la sepsis le provocó una enfermedad y ahora mismo su corazón sólo funciona al 34% de su capacidad.
Con todo, la familia está feliz de haber podido recuperar a Mathew, especialmente su hija pequeña de 3 años, que ha estado todo este tiempo prácticamente sin poderlo ver.