Un niño de 10 años pierde su ojo después de ver un espectáculo de fuegos artificiales y cohetes.
Después de 70 operaciones, los médicos no fueron capaces de salvarle el ojo.
Esta es la historia que rescata el que ahora es un chico de 16 años. Se llama Tyler Norris-Sayers y cree que todo lo que le sucedió aquella noche fue un accidente.
A estas alturas, piensa en ponerse una prótesis ocular.
La madre sigue contando la historia con la misma incredulidad que entonces. "El cohete golpeó a Tyler en el ojo derecho. Lo tumbó. Cuando miré alrededor, lo oí llorar, estaba envuelto en llamas".
Tiempo después, se ha podido conocer que los organizadores no tenían aseguradora para el evento.