Un hombre ha sido declarado culpable de matar a su hijo de dos meses después de enfadarse con él porque no paraba de llorar. El hombre, de 34 años, golpeó la cabeza del bebé y le provocó lesiones cerebrales que condujeron a su muerte.
El padre, durante el juicio que ha durado más de 4 meses en el Reino Unido, se ha defendido asegurando que él no mató a su niño, sino que intentó salvarle la vida después de que el pequeño dejara de respirar súbitamente mientras lo bañaba.
El fiscal, en cambio, no cree su versión y acusaba al hombre de matarlo después de perder los nervios por sus llantos. La autopsia y un posterior examen evidenciaron que el pequeño tenía moratones en la cabeza que podrían coincidir con una lesión por impacto. Así, también se detectaron tres fracturas en las extremidades inferiores, lo que podría indicar que el hombre ya había maltratado al niño con anterioridad.
El día de la muerte del niño, que se llamaba Hunter, el pequeño fue trasladado a un hospital, donde los médicos intentaron reanimarlo sin éxito y finalmente declararon su muerte. Hunter tenía solo 9 semanas de vida.
