Un fuerte terremoto de magnitud 7,8 en la escala de Richter ha dejado al menos más de 300 muertos y más de 440 personas heridas en la frontera entre Turquía y Siria.
La peor parte se la ha llevado el país turco, donde el gobierno ha declarado "el nivel más alto de alarma", lo que implica la petición de ayuda internacional.
La oficina de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD) del país ha cifrado, de momento, los muertos en 76 y los heridos en 440, aunque se espera que las cifras aumenten significativamente durante las próximas horas.
El gobernador del estado de Malatya ha señalado que solo en esta zona han muerto 23 personas y hay 420 heridos. Además, 140 edificios han quedado completamente destruidos. Los servicios de emergencia siguen trabajando en las zonas afectadas.
El terremoto se ha producido alrededor de las 04:17 horas, hora local, en la provincia de Kahramanmaras y a una profundidad de 7 kilómetros. Además, se han producido varias réplicas de magnitud 6,4; 6,5 y 6,6 que han continuado sacudiendo la zona.
El presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, ha transmitido sus "mejores deseos" a los ciudadanos afectados por la catástrofe y ya ha movilizado recursos estatales para dar ayuda.
En otros países de los alrededores también se ha dejado sentir el terremoto, aunque sus efectos han sido menores. A pesar de todo, en Siria se han notificado 42 muertos y más de 200 heridos. En total, el terremoto se ha sentido en 14 países, entre los cuales también están Israel, Chipre, Jordania o el Líbano.