Dos niños de 10 y 13 años fueron secuestrados durante la noche de Año Nuevo mientras veían un espectáculo de fuegos artificiales con su padre, que fue apaleado.
Los hechos han puesto en alerta a las autoridades policiales de toda Europa, ya que se produjeron en una zona fronteriza entre Dinamarca y Alemania y los secuestradores podrían haberse desplazado a otro país.
Según indican medios alemanes, los hechos sucedieron en Grasten, donde el padre y sus dos hijos disfrutaban de un espectáculo de fuegos artificiales para despedir el año.
El hombre, de 49 años, fue atacado por unos desconocidos cerca de un restaurante poco después de que el reloj marcara la medianoche. Después, otros individuos obligaron a los dos pequeños a subir dentro de un vehículo que tenía matrícula alemana y se marcharon.
Las autoridades danesas se han hecho cargo del caso, ya que sucedió en su territorio, pero están en constante contacto con la Policía alemana por si hubiera información que pudiera ayudar a encontrar a los niños, que podrían estar en territorio alemán o en algún otro país europeo.
De momento, según los investigadores, no se cree que los dos pequeños estén en peligro, ya que la principal hipótesis es que se trate de una “disputa por la custodia de los niños”. No obstante, se investiga como un caso “de agresión y secuestro” y “el objetivo principal es encontrar a los dos niños y garantizar su seguridad”, han explicado fuentes policiales.